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Entrevista:ALAIN DAVID | Alcalde socialista de Cenon (Burdeos) | REVUELTA URBANA EN FRANCIA

"El Estado debería aplicar la discriminación positiva en los barrios"

Alain David es el alcalde socialista de Cenon, uno de los numerosos municipios que crecieron con la llegada de la inmigración en los años setenta en el cinturón industrial de Burdeos, la gran ciudad del suroeste francés que ha vivido esta explosión de ira de los jóvenes con una mayor contención que lo sucedido en otras periferias. David cree que ello se debe, sin embargo, a que han estado vigilantes para impedir que los disturbios en su municipio alcanzasen una mayor proporción, y se muestra convencido de que Francia está viviendo una situación "semiinsurreccional", motivada principalmente por la falta de sensibilidad que históricamente ha mostrado la derecha francesa a la hora de afrontar problemas como la pobreza, la inmigración o el paro.

"Se está dando una situación semiinsurreccional por un efecto mimético"
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Pregunta. ¿Qué significado tiene lo que está pasando, aunque su municipio no parece haber sido de los peor parados?

Respuesta. No lo crea. Han quemado una decena de coches, pero intentaron incendiar equipamientos públicos que logramos evitar con una intervención inmediata sobre el terreno, por haber estado vigilantes. Atacaron la Agencia para el Empleo (ANP) y la Mission Locale, dos instituciones simbólicas de la problemática social que tenemos en esta zona de la margen derecha del río Garona, porque están ligadas al empleo y a la asistencia social. Con ello hemos impedido una reactivación del conflicto, aunque esta vez han estado cerca.

P. ¿Por qué destruyen precisamente aquello que es, en cierto modo, beneficioso para ellos?

R. Por un efecto mimético se está dando una situación semiinsurreccional. Son jóvenes que sintiéndose abandonados por la sociedad han cedido a la tendencia de querer llamar la atención a los poderes públicos sobre sus dificultades. Son, además, adolescentes y la crisis de la adolescencia es un periodo de contestación que les impide ver las cosas con objetividad, sobre todo si los padres no se ocupan de ellos.

P. La responsabilidad y la supervisión paternal es, precisamente, uno de los problemas que esta situación ha puesto sobre la mesa.

R. Hay padres que han bajado los brazos, se han rendido, no están suficientemente atentos a la educación de sus hijos. Algunos de ellos viven con tan grandes dificultades que están descorazonados o incluso perdidos. Por eso se han rendido.

P. ¿Qué opinión le merecen las medidas del Gobierno, como el toque de queda, para responder a esta situación?

R. Desproporcionadas y no adaptadas a la realidad. No veo la razón de penalizar y añadir una dificultad más a la totalidad de la población de unos barrios difíciles por el hecho de que el 1% o el 2% de los jóvenes quiera protestar. Además resulta ineficaz, porque si el toque de queda se aplica en determinados barrios, los alborotadores pueden trasladarse a otros lugares para seguir sus fechorías.

P. ¿Y qué soluciones propone para paliar la situación?

R. El diálogo. Pero, sobre todo, reinstaurar un cierto número de ayudas para las asociaciones que se han suprimido en los últimos meses desde la política de ciudad con la única explicación de que hay que economizar. Por ejemplo, hay que restaurar las ayudas específicas para la vida asociativa que restituyan muchas de las actividades en materia deportiva, cultural y de ocio. Debemos devolver a estos sectores, que se encuentran en situación de crisis absoluta, ayudas excepcionales para tratar de integrarles en la vida de la ciudad y evitar que se encierren en sus propias aglomeraciones. El Estado debería aplicar una discriminación positiva en los barrios con mayores dificultades.

P. Cenon y otros municipios de la periferia de Burdeos están precisamente demoliendo y tratando de rehacer los barrios destinados a la inmigración de hace sólo 30 años.

R. Estamos metidos en varias operaciones de renovación urbana en nuestro territorio. A partir del proyecto de Zona Franca que está en marcha, en Cenon vamos a demoler 130 viviendas sociales y a reconstruir 940. En la periferia de Burdeos, en la margen derecha del Garona, se concentró hace tres décadas el 25% de las viviendas sociales de todo el departamento, viviendas que han ido degradándose en las sucesivas crisis de estos años. Las viviendas que vamos a destruir concentran a una población que soporta un 40% de paro estructural, mientras que la media de paro de nuestra comunidad es de un 16%.

P. ¿Confía en que la transformación urbanística pueda eliminar estos guetos sociales y económicos?

R. Al menos vamos a construir un hábitat más adaptado, suprimiendo las torres de 15 pisos para reemplazarlas por edificios de cuatro pisos como máximo, incluso viviendas individuales, adaptadas al urbanismo de nuestra época. Además, queremos fomentar en estos nuevos alojamientos la mezcla social y que vuelva la población que tradicionalmente vivía aquí para evitar que persista la situación de guetos cerrados.

P. El paro es, sin embargo, el problema más acuciante.

R. Es cierto. Es el problema que condena a estos sectores a ser cautivos del sistema social. Pero el programa de la Zona Franca, implantado en la periferia de Burdeos hace cinco años, y que permite beneficios fiscales a las empresas que se instalen en los barrios que están acometiendo la renovación urbana con la condición de que contraten a un 20% de gente del lugar, está ya empezando a producir sus frutos.

Alain David, frente a un mural pintado por jóvenes en Cenon.
Alain David, frente a un mural pintado por jóvenes en Cenon.JESÚS URIARTE

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