El Gobierno francés despliega a 3.000 agentes en París para impedir un rebrote de los incidentes

La Policía antidisturbios francesa se ha visto obligada a intervenir esta tarde en el centro de Lyon para dispersar a grupos de jóvenes que organizaban alborotos. Mientras, en París, la situación a primera hora de la noche es de tranquilidad, en medio de una fuerte vigilancia de las fuerzas de seguridad. También en la capital, varios centenares de personas han protestado pacíficamente por la tarde, con el permiso de la Prefectura, contra las leyes de excepción y la discriminación entre franceses. Esta marcha se ha llevado a cabo a pesar de la prohibición, durante hoy y mañana, de concentraciones susceptibles de generar violencia. Anoche, la decimosexta de algaradas, 502 vehículos fueron quemados y 206 personas detenidas. Además, una mezquita fue atacada con cócteles molotov.

El temor de las autoridades a un repunte de la violencia este fin de semana, puente festivo en el que se conmemora el armisticio de la I Guerra Mundial, ha llevado a un aumento de la vigilancia policial en todo el país y, en el caso concreto de París, a la decisión del prefecto (equiparable a la figura del delegado del Gobierno en España) de prohibir toda concentración en lugares públicos que pueda degenerar en violencia. Esta decisión se basa en que la policía ha interceptado mensajes en Internet y en teléfonos móviles que instan a llevar a cabo "acciones violentas" este sábado en la ciudad.

La prohibición de estas reuniones ha entrado en vigor a las diez de esta mañana y se prolongará hasta las ocho de la mañana del domingo. Sin embargo, la Prefectura de París ha autorizado una pequeña manifestación en defensa de las libertades y en contra del estado de emergencia instaurado el miércoles por el Gobierno del país vecino. Los manifestantes, convocados por organizaciones antiracismo, se han declarado a favor de la paz, pero también de "la justicia y la igualdad". Al margen de esta protesta, la situación es de tensa calma. Unos 3.000 agentes, de los que 600 son antidisturbios, se han desplegado por diversos puntos de la ciudad, en especial en lugares turísticos como la Torre Eiffel, los Campos Elíseos y la Plaza de la Bastilla, así como así como estaciones ferroviarias y del metro que conectan la periferia con el centro.

Problemas en Lyon

Unos 300 agentes están movilizados para la seguridad en torno al Stade de France, el recinto deportivo donde esta noche se enfrentan las selecciones de Francia y Alemania. El hecho de que se juegue el partido, así como el tiempo lluvioso en París, son datos positivos para las autoridades, que creen que pueden disuadir a eventuales radicales de desplazarse a la capital. El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, ha acudido esta tarde a los Campos Elíseos para inspeccionar el dispositivo de seguridad, tras lo cual ha acudido a una de las comisarias del centro con objeto de dialogar con los funcionarios de guardia y a la estación ferroviaria de Saint-Lazare.

En Lyon sí se han producido incidentes. Los agentes han usado botes lacrimógenos para responder a varios grupos de jóvenes que han lanzado contenedores sobre la vía pública y piedras contra los policías. Dos personas han sido detenidas en esa ciudad del sureste francés, en la que esta noche se aplica el toque de queda para los menores de edad, según una decisión de la prefectura de Rhone, departamento en el que la pasada noche se produjo la quema de 101 vehículos y se registraron nueve arrestos. En Lyon y otros diez municipios colindantes en los que rige el toque de queda habita cerca de un millón de personas.

Anoche se produjo un incremento de la violencia en varios puntos del país respecto a las precedentes, puesto que el número de vehículos quemados fue de 502 y las detenciones alcanzaron la cifra de 206. Supone un aumento si se compara con la noche del jueves al viernes, cuando fueron 463 los coches incendiados y 201 las detenciones, con lo que se invierte la tendencia a la baja de los últimos días. Uno de los episodios más serios ha sido el ataque a la mezquita de Carpentras, en el sur de Francia, con el lanzamiento de cócteles molotov que han causado desperfectos leves en el exterior del edificio, aunque no han ocasionado daños en su interior, donde había una veintena de personas.