Los expertos recomiendan a las empresas invertir en tecnologías y logística para afrontar la crisis

La industria valenciana puede continuar existiendo, pero debe cambiar. Esta idea planeó ayer durante las primeras Jornades Ernest Lluch d'Economia Valenciana que se celebraron en la Sede de la Universidad de Alicante y en las que participaron profesores universitarios, empresarios y políticos. Los sectores analizados durante los debates de la mañana (madera, textil y calzado) necesitan nuevos planteamientos de sus exigencias empresariales y echan en falta mayor entusiasmo por parte de la Administración autonómica, que ayer declinó intervenir en estas jornadas.

Sobre la mesa se plantearon cuestiones que afectan al día día de la economía valenciana. Aurelio Martínez, presidente del ICO y Francesc Pons, secretario general de Confemadera, coincidieron en que se hacen "esfuerzos" para abrir nuevos mercados, pero instaron a los empresarios a apostar por las nuevas tecnologías y los sistemas logísticos. "No hay que tener potentes sistemas informáticos, hay que saber cómo se aplican, muchas veces no se trata de hacer grandes innovaciones sino de aprovechar los recursos existentes", comentó Vicent Soler, presidente de la Fundació Ernest Lluch, que planteó un "cambio general y profundo" en la gestión empresarial.

Durante estas jornadas, organzadas por los profesores Vicent Llombart y Josep Antoni Ybarra, se recordó que la crisis productiva es "importante", pero en la cadena de valores su impacto es reducido, porque en los mercados actuales adquiere un mayor peso la red de comercialización y los aspectos logísticos. "Eso crea un valor añadido que abriría nuevas estrategias comerciales", aventuró Soler.

Para Llombart, que se mostró optimista sobre las posibilidades de futuro de la economía valencian, es necesario rescatar y actualizar las tesis de Ernest Lluch para fomentar el dinamismo de las pequeñas y medianas empesas. Llombart lamentó la ausencia en el debate de algún representante del Consell y reconoció que durante estos últimos años se está produciendo cierta desatención a las demandas empresariales. Para los participantes, aunque el protagonista sea el empresario, la Administración juega un papel fundamental. "La Administración no debe suplir al empresarios pero sí darle cobertura"comentó Soler, que citó dos ejemplos prácticos: más políticas de cooperación y el diseño de operaciones mixtas (público-privadas) para crear plataformas logísticas en países próximos y controlar así el proceso de deslocalización.

Otra demanda fue la formación cualificada del capital humano. El historiador, Jordi Palafox planteó la pregunta sobre si "¿No estará pasando que estamos innovando sobre aspectos que la empresa no está demandando?", por eso insistieron en la necesidad de vincular a los empresarios con el diseño de los ciclos formativos.

Unos datos del IVIE mostraron cómo las comarcas valencianas tienen un nivel elevado de dotación de capital humano, pero no se adecua a las necesidades del mercado de trabajo. "El problema de la empresa no es productivo, sino de reorganización", concluyó Soler.