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La derrota republicana en dos Estados refleja el desgaste de Bush

Los demócratas mantienen en el poder a sus gobernadores en Virginia y Nueva Jersey

George W. Bush no se presentaba a los comicios del martes, pero perdió. Como demostraron las elecciones a gobernador de Virginia, el presidente no aporta en este momento ningún plus a los candidatos republicanos. También en Nueva Jersey ganaron los demócratas en una jornada que les resultó esperanzadora para la batalla de las legislativas de otoño de 2006, aunque en un año las fortunas políticas pueden cambiar varias veces en todos los sentidos.

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Los demócratas aseguraron de inmediato que los resultados anticipan una tendencia que les llevará a abordar con perspectivas de éxito el intento de reconquista de las Cámaras dentro de un año y la Casa Blanca en 2008. "Los votantes quieren que el país avance en otra dirección", dijo Howard Dean, presidente del partido. Automáticamente también, los republicanos trataron de quitar importancia a las derrotas: "No ha cambiado de manos el gobierno de los dos Estados", según el Comité Republicano del Congreso, que dijo también que Virginia y Nueva Jersey son lugares con una fuerte presencia demócrata.

Es cierto, y también es cierto que "es siempre peligroso interpretar sentimientos nacionales a través de resultados locales", como editorializa The New York Times, pero no es menos verdad, añade el diario, que "el capital político de Bush se ha convertido en un déficit". Y aunque en las elecciones locales hay, por definición, muchos factores locales, el presidente se implicó personalmente en la campaña del candidato republicano en Virginia.

Bush, que tiene índices de popularidad que oscilan entre el 39% y el 44% -los peores desde que llegó a la Casa Blanca- ha sufrido dos meses de desgaste continuo, desde la falta de reflejos ante el huracán Katrina hasta el procesamiento del jefe de gabinete del vicepresidente por el caso Plame, un asunto que tres de cada cuatro estadounidenses considera importante, según un sondeo del Pew Center. A esto hay que añadirle el agotamiento del equipo presidencial, prácticamente no renovado en cinco años, los escándalos que amenazan a dos líderes del partido en el Congreso y el pesimismo popular por la situación en Irak.

El deterioro ha sido rápido, y el presidente cumple un año de su reelección en la situación en la que suelen estar los presidentes que repiten cuando van a acabar el segundo mandato. Bush ganó a Kerry en Virginia por nueve puntos en 2004, pero ahora, el apoyo del que goza en el Estado no pasa del 44%, según los últimos sondeos.

Campaña agresiva

Eso es lo que sufrió en sus carnes -aparte de una campaña muy agresiva que el electorado no ha apreciado- el republicano Jerry Kilgore, que no logró más que el 46% de los votos, frente al 51,7% del demócrata Tim Kaine, que se benefició de la herencia del popular gobernador demócrata saliente, Mark Warner -un presidenciable- y que dijo al celebrar su triunfo que "la responsabilidad fiscal se ha impuesto a la ideología".

En Nueva Jersey, la pelea entre dos multimillonarios estaba más clara a favor del demócrata, Jon Corzine, y por eso su ventaja sobre el republicano Doug Forrester fue de 10 puntos. En ese Estado, según un sondeo de AP, la mayoría de los votantes dijeron que sus decisiones no se vieron afectadas por su simpatía o antipatía hacia Bush.

Aparte de la derrota de las propuestas que Arnold Schwarzenegger apoyaba en California y de la victoria cantada del republicano Michael Bloomberg en la alcaldía de Nueva York, los electores de Tejas aprobaron una prohibición de los matrimonios homosexuales, justo al contrario que los de Maine, que respaldaron la nueva ley de uniones de parejas gays.

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