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Al menos 57 muertos y 115 heridos en tres atentados contra hoteles en Ammán

La policía jordana señala a Al Qaeda y asegura que se trata de una acción de suicidas

Jordania, uno de los escasos países de Oriente Próximo que se habían salvado de padecer un atentado terrorista de magnitud descomunal, sufrió ayer el pavor del islamismo radical. Al menos 57 personas murieron y unas 115 resultaron heridas en una cadena de ataques con explosivos perpetrados por terroristas suicidas en tres hoteles de Ammán de propiedad estadounidense en el plazo de una hora. El Gobierno del rey Abdalá, fiel aliado de Estados Unidos, considera principal "sospechoso" de la matanza a su compatriota Abu Musab al Zarqaui, líder de Al Qaeda en Irak.

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Jordania es uno de los principales aliados de Washington en la zona desde hace décadas y, después de Egipto, el único país de Oriente Próximo que ha firmado, en 1994, un acuerdo de paz con Israel. "Estábamos convencidos de que tarde o temprano nos tocaría en Jordania", aseguró en conversación telefónica el embajador español en Ammán, Antonio López. La ola de explosiones se desató a las 8.50 hora local (una hora menos en la España peninsular).

El hotel Radisson y el Hyatt -separados por unos 500 metros y en los que se celebraban sendos banquetes de boda- se elevan en el distrito de Jebel, centro de negocios de la capital jordana y frecuentados también por turistas, contratistas estadounidenses y europeos de camino hacia Irak y por miembros de organizaciones no gubernamentales con el mismo destino. Muy próximas se hallan numerosas legaciones diplomáticas.

En estos dos lujosos establecimientos fallecieron la gran mayoría de las 57 víctimas, cifra aportada por el viceprimer ministro jordano, Maruan al Muasher. La cifra oficial de heridos ascendía a 115, pero fuentes anónimas citadas por la Agencia France Presse la elevaban hasta 300.

En el Radisson, el suicida detonó la carga explosiva en el salón donde se celebraba el banquete de boda. En el Hyatt, el terrorista se suicidó en la recepción. Paradójicamente, en este hotel se celebraba un congreso sobre seguridad al que asistieron decenas de policías y funcionarios de los cuerpos de seguridad. Según un testigo citado por la cadena de televisión CNN, a la entrada del recinto se hallaba estacionado el coche oficial del primer ministro jordano, Adnan Badran. Los jefes de los servicios secretos han sido relevados de sus cargos en los últimos meses.

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Españoles

"Pensamos que se trataba de fuegos artificiales para la ceremonia, pero de pronto comencé a ver gente cayendo al suelo", afirmó Ahmed, un invitado al festejo del Radisson a la agencia Reuters. "Empecé a ver sangre. Había gente muerta. Fue horrible", añadió. Un británico aseguró, a las puertas de este hotel: "Es un milagro que haya podido salir sin un rasguño".

La tercera explosión afectó al hotel Days Inn, a unos tres kilómetros de los dos anteriores. En este caso, al parecer se trató de un atentado con coche bomba, pero no falleció nadie.

El caos se adueñó de la ciudad inmediatamente después de los estallidos. El embajador español, que asistía a un concierto cuando estallaron los explosivos en el hotel Meridien, indicó que se demoró hora y media en llegar a su residencia, un trayecto que se cubre habitualmente en unos 10 minutos. No se tiene noticia de que ningún español haya resultado herido. Cuatro españoles se encontraban en el Radisson cenando en un salón enfrente de la sala en la que se celebraba el festejo nupcial. El jefe de la misión diplomática aseguró, en conversación telefónica cuatro horas después de las explosiones: "Ha pasado ya el tiempo suficiente. No creo que haya españoles entre las víctimas ni heridos". Los cuatro turistas que se hallaban en el Radisson se encontraban anoche en la residencia del diplomático. Otros cuatro habían abandonado el hotel por la mañana. "No hemos podido establecer contacto con el Hyatt, pero quiero creer que tampoco había españoles", añadió. Los tres hoteles fueron evacuados y las víctimas mortales y los heridos, entre los que había alemanes e iraquíes, trasladados a hospitales.

Una decena de supuestas células terroristas han sido desmanteladas desde 2003 en Jordania, un país en el que las fuerzas de seguridad son omnipresentes. En abril de 2004, el Gobierno jordano informó de que la policía había abortado una serie de atentados con sustancias químicas dirigida contra la misión diplomática de EE UU y contra la sede de los servicios secretos jordanos. Todas las acusaciones de los cuerpos de seguridad apuntaron hacia la organización de Abu Musab al Zarqaui, el jefe de Al Qaeda en Irak, natural de Zarqa, una pequeña ciudad a escasos 30 kilómetros de la capital jordana. Entonces fracasaron. Ayer lograron su propósito.

Miembros de los servicios de emergencia jordanos evacuan a un herido del hotel Hyatt de Ammán.
Miembros de los servicios de emergencia jordanos evacuan a un herido del hotel Hyatt de Ammán.REUTERS

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