Los tesoros fúngicos

El escritor francés Jean Anthelme Brillat-Savarin (1755-1826), autor del considerado como primer tratado de gastronomía, dijo de ellas que "vuelven a las mujeres más tiernas y a los hombres más amables". Al margen de que sean ciertas o no las propiedades afrodisíacas atribuidas a la trufa, este hongo es un manjar preciado: un kilogramo de trufa negra, la más valorada, se vende en el mercado por unos 1.000 o 1.200 euros.

En nuestra región, existen 81 variedades de trufa. La Consejería de Medio Ambiente las ha catalogado en un libro titulado Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. Este voluminoso estudio fue presentado ayer en Córdoba, durante la inauguración del octavo encuentro del Consejo Europeo para la Conservación de los Hongos. En las jornadas se analizará la propuesta de redacción de una lista roja europea, en la que se recojan las especies de hongos que están en peligro. Las políticas medioambientales de los países desarrollados prestan atención, y presupuesto, a la protección de la flora y fauna. Pero el denominado tercer reino, el de los hongos, pocas veces ha sido tenido en cuenta.

La Junta está preparando su propia lista roja de los hongos amenazados andaluces. En la región, existen unas 2.500 especies fúngicas. Durante la elaboración de esta carta, que se enmarca dentro del Plan de Conservación de Usos Sostenibles de las Setas y Trufas en Andalucía (Plan Cussta), se han descubierto 288 especies que se desconocía que estuvieran en los montes del Sur de la Península.

Pero no es sólo una cuestión medioambiental impulsar el desarrollo de la micología. También es algo rentable. José Guirado, director general de Gestión del Medio Natural de la Junta, explicó ayer que, en los bosques madereros en los que hay trufas, la actividad que más dividendos deja a los agricultores es la venta de este hongo.

El Plan Cussta, según indicó ayer Fuensanta Coves, consejera de Medio Ambiente, incluye también la plantación de 14.000 semillas de hongos en los montes andaluces a partir del próximo 21 de noviembre. Y ¿cómo se siembra una seta o una trufa? Girado explicó que la operación se realiza a través de la inoculación directa, una técnica que consiste en injertar los hongos en las raíces de alcornoques y pinos. Entre ambas especies, se crea una relación simbiótica. La plantación se realizará, según informó Coves, en los parques naturales de las Sierras Subbéticas, la Sierra Norte de Sevilla y Doñana.

Como ocurre en muchos sectores agrícolas de Andalucía la asignatura pendiente es el valor añadido que supone la elaboración y comercialización de los productos. No basta con tener la materia prima. Girado afirmó que, actualmente, la práctica totalidad de las trufas que se recogen en Andalucía se envían a Italia y a Francia o a otras comunidades como la valenciana. El director de Gestión del Medio Natural, adelantó que se está negociando la creación de una empresa, que surge de la iniciativa privada con el apoyo público, para explotar comercialmente este tipo de hongo.