El Sáhara recuerda el 30º aniversario de la Marcha Verde con protestas contra Rabat
Los ciudadanos de El Aaiún dan la espalda a los actos organizados por el Gobierno marroquí
Menos de una decena de curiosos respondieron ayer a la convocatoria de las autoridades marroquíes para conmemorar en El Aaiún el trigésimo aniversario de la Marcha Verde, por la que Marruecos ocupó hace 30 años la entonces provincia española del Sáhara Occidental. La ausencia clamorosa de los ciudadanos en el acto oficial se produce en un momento álgido de la revuelta callejera que desde mayo mantienen los saharauis contra la ocupación del territorio, y que ya le ha costado la vida a uno de ellos. En un discurso televisado, Mohamed VI proclamó el "rechazo unánime" de Marruecos "a renunciar a la mínima parcela de nuestro Sáhara".
Un año más, el rey de Marruecos reiteró la disposición de su país a colaborar con el nuevo enviado especial del secretario general de la ONU "en la búsqueda de una solución al conflicto", que dura ya tres décadas. Pero reveló que su Gobierno carece siquiera de un plan de autonomía para el territorio al afirmar: "Hemos decidido consultar a los partidos políticos acerca de cómo conciben el ejercicio de la autonomía en el marco de la soberanía del reino, con vistas a definir la propuesta que Marruecos tiene la intención de presentar al respecto".
En El Aaiún, dos centenares de autoridades, entre las que se hallaban el wali o gobernador de la provincia, los jefes policiales y los responsables de los distritos de todo el Sáhara, se dieron cita a las 11 de ayer (una hora más en España) en la plaza Mechwar. Formaron un rectángulo en torno a un mástil desnudo y, a los sones la banda de música de un pequeño destacamento de las Fuerzas Armadas Reales, presenciaron la izada de la bandera roja con la estrella verde de Marruecos.
A pesar del día soleado y de que las autoridades habían convocado mediante pasquines y pancartas a los ciudadanos, un aire de funeral flotó en la ceremonia. Impresionaba la soledad de los notables en el centro de la inmensa explanada, que en ocasiones anteriores ha estado repleta de gente. Las vallas publicitarias, que otros años exhibían retratos del rey Mohamed VI, se hallaban desnudas, probablemente por temor a que los independentistas mancillaran la figura del monarca. En el barrio de Colominas, a sólo un centenar de metros del lugar de la celebración, se halla la casa de la familia de Hamdi Lambarki, el joven saharaui muerto a golpes durante una manifestación independentista celebrada la noche del 30 de octubre en la avenida de Smara. Mientras era izada la bandera de Marruecos, su padre sustituía la puerta de madera de la vivienda por un portón de hierro con una pequeña reja rectangular, similar a las de las celdas de algunas cárceles. El hombre se ha negado a recoger y enterrar el cadáver de su hijo hasta que sean identificados y detenidos los causantes de su muerte. Fuentes cercanas a la familia han informado que ésta recibe fuertes presiones de las autoridades para que se avenga a cerrar el caso a cambio de una recompensa.
La hermana de Lambarki, Salam, asegura que todos los testimonios recogidos hasta ahora indican que el joven huía de la policía cuando fue embestido y derribado por un vehículo de los temidos Grupos Urbanos de Seguridad (GUS). Del coche descendieron 11 agentes, que lo arrojaron contra una pared y comenzaron a golpearle. "Uno gritaba: ¡en la cabeza, dadle en la cabeza!", declara una vecina que presenció la escena.
Según esas versiones, dos muchachos que iban en un coche recogieron a Lambarki, quien sangraba por los oídos y por la nariz, e intentaron trasladarlo al hospital, pero fueron detenidos. El cuerpo del muchacho quedó en el vehículo, hasta que su familia lo encontró y lo llevó al centro médico, donde falleció. La policía afirma que Lambarki murió a causa de una pedrada que le propinaron los manifestantes. La muerte de Lambarki ha recrudecido las manifestaciones independentistas que se vienen celebrando desde mayo en todo el Sáhara.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.