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Reportaje:

Las recetas de Mar del Plata

El crecimiento económico de América Latina no se ve acompañado de la suficiente creación de empleo

Alejandro Rebossio

Latinoamérica y el Caribe han experimentado en la última década y media algunos años de crecimiento económico, pero sin el acompañamiento de la suficiente creación de empleo. Este fin de semana, los presidentes de 34 países americanos discutieron sobre esta cuestión en la IV Cumbre de las Américas, que se celebró en la ciudad argentina de Mar del Plata y que llevó como lema Crear trabajo para luchar contra la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática. Desde 2003, la economía del subcontinente comenzó a recuperarse de su última crisis y el paro comenzó a retroceder, pero no lo suficiente: la tasa alcanzó un 9,6%, según un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo. Se encuentra por encima del 7,3% de 1990, cuando la llamada década pérdida de los ochenta abría paso a las reformas económicas neoliberales de los noventa.

La OIT cifra el paro de los primeros seis meses de 2005 en el 9,6%, lo que significa que 18,3 millones de latinoamericanos carecen de trabajo

El Gobierno de Argentina, el país anfitrión de la cumbre, se basó en su propia experiencia de desempleo -que llegó hasta el 25% en 2002- para proponer que la Cumbre de las Américas se centrara en la cuestión del empleo. Todos los países aceptaron discutir del asunto, pero las diferencias surgieron sobre los motivos que llevaron a un crecimiento infructuoso en términos de trabajo. El Gobierno de Estados Unidos reivindicó a lo largo de las reuniones preliminares las reformas que el Consenso de Washington impulsó en la década pasada y responsabilizó a los políticos por su mala aplicación. La Argentina de Néstor Kirchner, en cambio, culpó a las políticas que suponían que el crecimiento por sí solo generaría un derrame de la riqueza en toda la sociedad.

El Banco Mundial, uno de los brazos ejecutores de lo que se decide en las cumbres de las Américas, atribuye la escasez de empleo a la falta de infraestructura y la inequidad en la educación. "No conocemos todas las razones", aclara la vicepresidenta del organismo para Latinoamérica, Pamela Cox, que participó de la reunión de Mar del Plata. "Pero sabemos que la inequidad juega un papel. Todo el tiempo se ven inequidades en la sociedad: en la educación, el acceso al trabajo. Además, está clara la necesidad de inversión en infraestructura física y social, como la educativa o para la capacitación laboral", agrega Cox.

Otro medio para la creación de empleo, según la vicepresidenta del Banco Mundial, radica en el éxito de la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que tendrá su próxima reunión ministerial el próximo mes en Hong Kong. Cox calcula que una reducción de las subvenciones agrícolas redundaría en más riqueza para los países en desarrollo. Puso como ejemplo a Argentina: "Aumentarían sus ingresos agrícolas un 20%".

Un comercio más libre

El Banco Mundial también pide que la ronda de Doha no se concentre sólo en el sector primario y libere aún más el comercio de bienes industriales y de servicios, como exigen la Unión Europea y Estados Unidos. Cox considera que los países del Sur podrían aprovechar mayores oportunidades para sus exportaciones manufactureras.

El director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el chileno Juan Somavía, asume una visión distinta de la del Banco Mundial. Somavía recuerda que en los últimos años en todo el mundo se ha creído que "el crecimiento crearía riqueza, ésta se trasladaría en empleo, y éste, en consumo, que a su vez constituiría el estímulo para un nuevo ciclo de inversión". El líder de la OIT advierte de que esa "lógica del mercado se desequilibró". Para que se pueda cumplir, según Somavía, se requieren "políticas económicas, financieras, educativas, de salud, laborales", pero todas ellas deben orientarse a la creación de trabajo. "Las políticas públicas deben interactuar con las inversiones privadas, que son las que generan empleo, y empleo de calidad, son las que generan productividad y competitividad", declara Somavía, un defensor del diálogo social entre gobiernos, empresarios y sindicalistas, una tarea pendiente en la mayoría de los países latinoamericanos. El director general de la OIT juzga que para los organismos multilaterales de crédito, sobre todo para el Fondo Monetario Internacional (FMI), la cuestión del empleo "no es central", sino que se ocupan de la estabilidad macroeconómica. "Hay que poner la estabilidad al servicio de la creación de trabajo, que es la mayor preocupación de las sociedades".

El paro en Latinoamérica aumentó del 7,3% al 10%, pese a que la economía creció un 2,6%, entre años de bonanzas y otros de crisis. El año pasado, el desempleo registró la mayor bajada desde 1986: desde 10,7% al 10%, pese a que la región se expandió el 5,9%, el mayor nivel del último cuarto de siglo. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) calcula que el paro descendió en el primer semestre de 2005 al 9,4% y lo atribuye a un crecimiento económico que alcanzará en el año el 4,3%.

La OIT cifra el paro de los primeros seis meses de 2005 en el 9,6%, lo que significa que 18,3 millones de latinoamericanos carecen de trabajo. La región se encuentra cumpliendo con su tercer año consecutivo de expansión, con condiciones externas muy favorables, un contexto macroeconómico interno sano, un tipo de cambio real alto y un incremento de la demanda interna, según describe el último informe de la OIT. Todo eso explica la evolución del desempleo en Argentina (12,5%), Brasil (10,3%), Chile (8,3%), Colombia (15%), Ecuador (11,1%), Uruguay (12,2%) y Venezuela (13,2%). Por el contrario, el índice aumentó ligeramente en México (3,9%) y Perú (10,5%).

El salario industrial en el primer semestre creció el 1,1%, un aumento menor que el de la media de productividad (1,5%). El salario mínimo real se elevó un 5%, sobre todo por alzas dispuestas en Uruguay y Argentina.

De todos modos, "la experiencia pasada muestra que para que el crecimiento se traduzca en bajas tasas de desempleo debe ser alto y sostenido. Sólo Chile y Trinidad y Tobago registran ritmos de crecimiento suficientemente altos como para reducir tendencialmente el desempleo en el periodo 1995-2004", dice el Panorama laboral 2005 de la OIT. El sector informal en la región se incrementó al 47,4% en 2003, unos 4,6 puntos porcentuales más que en 1990. También disminuyó el número de asalariados con cobertura de protección social. En conclusión, en 2002, un 44% de los latinoamericanos era pobre, y un 19,4%, indigente, según CEPAL.

Visiones alternativas

En la Cumbre de las Américas se escucharon distintas recetas para bajar el paro. La OIT aportó su visión alternativa. Los empresarios del continente, otra más ortodoxa. El Sector Privado de las Américas, un nuevo foro que se creó en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA), pidió en la cumbre de Mar del Plata que se recree "un clima propicio a la inversión".

Su presidente, Ernesto Gutiérrez, explicó a los ministros de Asuntos Exteriores de los 34 miembros de la OEA (todos los americanos menos Cuba) que ese ambiente "está basado en la seguridad jurídica, la continuidad de las políticas, el respeto a la propiedad privada, la apertura de la economía y el respeto de las ganancias de las empresas".

El titular de la Comisión Empresarial de Asesoramiento Técnico en Asuntos Laborales de la OEA, Daniel Funes de Rioja, agregó otros elementos: una política fiscal razonable, la eficacia en la administración del gasto público, políticas de inversión, acceso a la tecnología y el fomento de la iniciativa privada, marcos de regulación predecibles, el respeto a los derechos humanos fundamentales, redes de seguridad social "que no dañen la competitividad", un sistema educativo moderno y diálogo social entre los gobiernos, la patronal y los sindicatos.

La OIT planteó su estrategia de crecimiento con creación de empleos de calidad en Latinoamérica. Para ello plantea tres ejes: la mejora de la competitividad y la rentabilidad en la producción de bienes y servicios exportables, la promoción de las exportaciones y la producción competitiva de importaciones y una mayor integración entre el crecimiento exportador y el mercado interno. Promueve un tipo de cambio competitivo, el desarrollo de redes productivas (clusters) y políticas públicas de salarios y hacia los segmentos informales de la economía.

La debilidad del mercado laboral continúa siendo una asignatura pendiente de América Latina.
La debilidad del mercado laboral continúa siendo una asignatura pendiente de América Latina.AP

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