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Entrevista:MARI CARMEN GANS | Directora del colegio Santiago Apóstol de El Cabanyal

"Hay muchas Calcutas en Valencia"

Miquel Alberola

Pregunta. Éste no es un colegio normal.

Respuesta. Es un colegio de educación compensatoria puro y duro. No tenemos un programa de compensatoria para determinados alumnos, sino que nuestros 140 alumnos son alumnos de compensatoria. Necesitan que les compensemos las necesidades de todo tipo que tienen.

P. Los programas no son sólo educativos.

R. No. Si un alumno viene a las nueve de la mañana sucio, sin desayunar y la noche anterior no ha cenado porque tiene una familia desestructurada o vive en condiciones muy precarias, nosotros tenemos que compensarle.

P. ¿Cómo?

R. Tenemos un programa de duchas a las 9 de la mañana, donde se duchan de 25 a 30 niños que no tienen agua en sus casas. Además, les lavamos la ropa en una lavandería que hemos montado. Y a continuación tenemos un programa de desayunos.

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P. ¿Quiénes son los alumnos del Santiago Apóstol de El Cabanyal?

R. Son niños valencianos, son vecinos nuestros y que han tenido la desgracia de nacer en una ciudad que está muy preparada para la Copa del América, pero no está preparada para darse cuenta de que estos niños tienen necesidades básicas. Es vergonzoso que en Valencia haya niños sin agua en sus casas o no tengan un vaso de leche. Un 70% son gitanos, un 12% inmigrantes y el resto son gente marginal, sin recursos, sin condiciones.

P. ¿Este colegio fue siempre así?

R. No. Esto viene desde hace unos 11 años, por las circunstancias del barrio. El Cabanyal empezó a quedarse con una población vieja. Los jóvenes se iban del barrio, nos quedamos sin niños y se quedaron las casas vacías. Esta gente empezó a llegar y a ocupar casas. Este colegio es el resultado de su entorno. Estos niños no son de la Luna ni de Marte: viven aquí.

P. ¿Sus familias se implican?

R. Es también una lucha. Una vez encauzamos el problema de los niños nos planteamos el problema de las familias. Nuestro reto es el acercamiento de los padres al colegio con actividades. Hemos montado una escuela de madres a través de un taller de cocina, en la que lo más importante es lo que hablamos con ellas mientras aprenden a hacer tartas.

P. ¿Colaboran muchas instituciones con ustedes?

R. Contamos con la colaboración de los voluntarios de la Universidad Politécnica de Valencia. Ayudan en el comedor, a montar talleres de tiempo libre, informática. Y en cuanto a la parte de Consejería de Educación, les estamos muy agradecidos.

P. ¿Qué les explica a los alumnos?

R. Siempre les digo que la vida no es fácil, que les ha tocado vivir en una ciudad muy complicada y que la solución para salir de ahí es la escuela y la educación.

P. Lo fácil hubiera sido huir. Usted no lo hizo.

R. Soy maestra por convencimiento. Si mi trabajo como maestra tenía algún sentido era quedándome aquí. ¿Qué satisfacciones me da? Creo que es lo más importante que me ha ocurrido porque sin estos niños mi trabajo no tendría sentido.

P. ¿Qué le estimula a seguir?

R. Que los alumnos a los 16 años entran en talleres ocupacionales, van a vender sabiendo llevar las cuentas mejor que su padre o han conseguido pasar al instituto. Pero no me siento orgullosa de hacer esto, siento vergüenza de que en Valencia se estén moviendo cifras muy grandes y que aquí estén comiendo 28 niños de educación infantil y sólo 18 tengan beca de comedor del Ayuntamiento de Valencia. Hay muchas Calcutas en Valencia.

EN DOS TRAZOS

Mari Carmen Gans (Valencia, 1959) lleva 22 años en el colegio Santiago Apóstol de El Cabanyal, en Valencia, de los que 17 es su directora. Era un colegio de barrio normal que fue transformándose, como producto de la cruda realidad en la que vive El Cabanyal, en un centro de educación compensatoria "puro y duro", que gracias a ella y a los milagros de los que allí trabajan se ha convertido en modélico. Hace dos años este colegio dependiente del Arzobispado de Valencia recibió el Premio Nacional de Integración de Marginados del Ministerio de Educación, que lo reconocía como el mejor de España en integración educativa de personas sin recursos.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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