La música de Quignard
Esta gran trilogía de Pascal Quignard no es una novela, sino tres "trataditos" ("pequeños tratados", les llama él, en su lucha permanente contra el género "novela", aunque como tal apareció en su primera edición francesa, lo mismo que en la traducción -espléndida- que Ascensión Cuesta publicó en Versal en 1988, el primer libro publicado entre nosotros de Pascal Quignard, y que ahora recupera Funambulista.
Los "pequeños tratados" nacieron a la vez que las primeras obras de Quignard, y entre ellos se encuentra El odio a la música, título francamente provocativo, sabiendo su afición a la música y sus actividades en la materia (creación del Festival de Música Barroca de Versalles -con Jordi Savall y bajo el patrocinio de Mitterrand-, su actividad como concertista de viola y su participación en el éxito de Todas las mañanas del mundo, junto con el citado Savall y el director Alain Corneau). He citado estas precisiones para indicar que los tres pequeños tratados que componen La lección de música están sometidos a una unidad esencial, la reflexión sobre el cambio de voz en el ser humano, sobre todo en el hombre -llamado la "muda"- más que en la mujer, y que constituye un indicio natural (o antinatural, pues da lugar a los "castrati", intento cruel de conservar la voz infantil), y hasta da lugar a pensar que este "cambio de voz" en el hombre explica la mayoría de hombres compositores frente a las mujeres, lo que podría resultar que se identifica con un verdadero "cambio de piel" de la naturaleza que es sexual y rotundamente natural como en las serpientes. Esta extraña reflexión se estudia a través de tres episodios históricos, uno del barroco francés (la fascinación del joven Marin Marais por el maestro de la viola el "Señor de Sainte-Colombe"), otro de la Grecia clásica, cuando el joven Aristóteles descubre los misterios de la voz, y otro sacado de la China antigua, donde se expone el origen mitológico de la cultura de Cremona y los Stradivarius. La "muda" forma parte entonces del "aprendizaje" de la música, y estas tres "lecciones" (que también son "una" en el fondo) son como otras tres metamorfosis de este aprendizaje.
LA LECCIÓN DE MÚSICA
Pascal Quignard
Traducción de Ascensión Cuesta
Funambulista. Madrid, 2005
126 páginas. 14,95 euros
Como ya he dicho, la primera de estas lecciones que configura la mitad de este libro fue readaptada después por el propio Quignard dando lugar a una de sus grandes obras maestras, Todas las mañanas del mundo, que dio lugar a un libro que fue una verdadera novela, la película de Corneau y un disco de viola excepcional, interpretado por Savall. La figura del "Señor de Sainte-Colombe", viudo con dos hijas, residente a la orilla de la Bièvre y jansenista enamorado de la figura de su esposa para la que compone su música de viola en secreto, solitario y rechazando toda actuación pública y todos los honores de la corte, mientras le espía en secreto Marais, el futuro gran maestro de la viola en el siglo, escondido debajo de la cabaña donde Sainte-Colombe componía sus melodías, fue histórica, aunque la imaginación de Quignard haya jugado en su creación -y hasta en su redescubrimiento- un papel excepcional.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.