CiU y ERC avisan de que rechazarán un modelo de financiación "desnaturalizado"
Montilla cree que el capítulo financiero será el escollo "más difícil y complejo" para el acuerdo
Reposada durante unas horas la efervescencia del debate parlamentario del miércoles sobre el proyecto de Estatuto, el Gobierno y los partidos catalanes salieron ayer al paso de la reconducción de los principales elementos de la propuesta, anunciada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente de CiU, Artur Mas, y el secretario general de Esquerra Republicana (ERC), Joan Puigcercós, advirtieron de que no aceptarán la "desnaturalización" del proyecto tanto en lo que consideran su "núcleo duro", la financiación, como en la definición de Cataluña como nación.
La cuenta atrás de la tramitación del Estatuto en las Cortes, que previsiblemente durará hasta junio de 2006, comenzó ayer con una ratificación por el Gobierno catalán, los nacionalistas de CiU y los republicanos de que no van a admitir cambios sustanciales en los aspectos básicos del proyecto y, en particular, de la financiación.
Los partidos catalanes están ahora a la espera de que el Gobierno central y el PSOE tomen la iniciativa para concretar en propuestas de negociación las líneas generales apuntadas en el debate del miércoles. Esperan que eso suceda inmediatamente después del debate presupuestario. Ahora convienen "unas semanas de reposo", apuntó el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran.
Los impuestos
Pero el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, y dos de los cuatro partidos que apoyan la reforma, CiU y ERC, se apresuraron a advertir ayer de que negociación no debe ser sinónimo de recorte. Artur Mas y Joan Puigcercós, en sendas comparecencias en el Congreso, colocaron la financiación en el centro del debate. "Si esta parte no sale bien, no podremos decir que el Estatuto sale bien", advirtió Mas.
Saura, Mas y Puigcercós apreciaron la posición general expresada por Zapatero respecto al Estatuto, pero rehusaron aceptar algunas de las concreciones apuntadas. Por lo que respecta a la financiación, Mas quiso puntualizar que la propuesta catalana "no pretende que el Estado renuncie a sus impuestos, cuya titularidad no discutimos". Pero otra cosa es la gestión, añadió, "y ahí sí que no estamos dispuestos a sacrificar nuestra capacidad de intervención". Saura, por su parte, opinó que, al final, la Agencia Tributaria catalana podrá recaudar todos los impuestos que se pagan en Cataluña.
Puigcercós insistió también en este punto. Pero lo que, según él, se plantea no es tanto una cuestión de dinero como de "transparencia y de justicia". Y por eso insistió en que no debe haber "desnaturalización" de la propuesta, como por otra parte reconoció que había sido el compromiso de Zapatero.
El presidente expuso en el debate los principios en que ha de basarse la reforma de la financiación, y especificó algunos aspectos que no coinciden con el proyecto remitido a las Cortes. Como, por ejemplo, que, sin perjuicio de que haya impuestos compartidos con las comunidades, el Estado "ha de tener impuestos propios y exclusivos, particularmente aquellos que afecten a la unidad de mercado, y un sistema propio de recaudación". Y la necesidad de ser "conciliables" con la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA).
La posición de Zapatero
Después de eso, sin embargo, Zapatero afirmó también que la adecuación del Estatuto a estas exigencias y principios "puede hacerse a partir de la propuesta aprobada por el Parlamento de Cataluña, introduciendo las modificaciones precisas, pero respetando aspectos esenciales del mismo". Y todo, precisó luego, "sin desnaturalizar el espíritu de la reforma".
A este punto del discurso de Zapatero se remitían ayer los portavoces de los socialistas catalanes. "Ya dijo Zapatero que el proyecto no debía ser desvirtuado", recordó Miquel Iceta. Pero el ministro de Industria y primer secretario del PSC, José Montilla, reconoció que la reforma de la financiación será el escollo "más difícil y complejo" en las negociaciones. Cauteloso como siempre, Montilla afirmó que la reforma del título de la financiación se hará "para mejorar" el sistema que afecta a todas las comunidades y partiendo de la base de que Cataluña "no tiene una buena financiación".
También desde el Congreso, Montilla se refirió al otro punto sobre el que Mas y Puigcercós se habían ratificado, la palabra "nación", aplicada a Cataluña. "Lo que ha quedado claro es que se reconoce la identidad catalana, con un término u otro, que pueden venir a decir lo mismo", indicó.Más había sido más preciso. Dijo que "si nación catalana no figura en el texto del Estatuto, sería un paso atrás, porque en el actual ya figura que Cataluña es una nacionalidad".
Joan Saura enumeró las cinco cuestiones que el Ejecutivo de Pasqual Maragall considera irrenunciables en su filosofía: la singularidad nacional de Cataluña; el capítulo de derechos y deberes; la garantía de las competencias exclusivas; las relaciones de la Generalitat con el Estado y la UE y el capítulo de financiación. El consejero ecosocialista reclamó al PP que, pese a su voto en contra el miércoles en el Congreso, participe en las negociaciones y en la búsqueda de un acuerdo sobre la reforma.
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