Gates aporta 212 millones contra la malaria
La mayor donación privada contra la plaga financiará la vacuna de Pedro Alonso por cinco años
Entre las enfermedades olvidadas en el mundo rico, la reina infernal es la malaria. Pero puede empezar a dejar de ser invencible, gracias a la mayor donación privada de la historia contra esa plaga, anunciada por la Fundación Bill y Melinda Gates (www.gatesfoundation.org) en Seattle: 212,7 millones de euros para cinco años para investigación y desarrollo contra la pandemia.
Simultáneamente, la Alianza de Investigación y Desarrollo contra la Malaria, una coalición científica internacional, publica un informe según el cual el monto total de I+D mundial contra la malaria alcanzó en 2004 los 266 millones de euros, cantidad que la Fundación Bill y Melinda Gates califica de "demasiado lejos de lo que se necesita".
El proyecto de la vacuna recibirá 88,7 millones de euros de aquí a 2010
En 2004 se invirtieron en investigación contra la malaria 266 millones en todo el mundo
"Demasiado tiempo la malaria ha sido una epidemia olvidada", dijo Bill Gates al anunciar la donación. "Es una desdicha que el mundo haya consentido que las muertes por malaria se hayan duplicado en los últimos 20 años, cuando se podría haber hecho mucho para detener la enfermedad. Millones de niños han fallecido por no estar protegidos por mosquiteras impregnadas de insecticida o por no recibir tratamiento. Con programas adecuados e invirtiendo lo necesario, podemos parar esta tragedia".
La donación Gates se desglosa en tres planos: vacunación, desarrollo de nuevos medicamentos y métodos de control del contagio.
La estrella (88,6 millones de euros) es la vacuna ensayada por el equipo dirigido por el español Pedro Alonso, y que los propios Bill y Melinda Gates visitaron en 2003 en Manhiça (Mozambique). El proyecto PATH de la Iniciativa para la Vacuna de la Malaria, con sede en Seattle (MVI, siglas en inglés) de la Fundación Gates financia el producto del laboratorio GlaxoSmithKline puesto en marcha por Alonso: Gates lo considera como "la vacuna candidata más avanzada".
La donación de los Gates abarca los ensayos clínicos de la vacuna, la evaluación en niños, las pruebas sobre el terreno, las actividades de colaboración política, y la investigación "continua" en otras vacunas candidatas. "Una vacuna es a largo plazo nuestra mejor esperanza contra la malaria, e incluso una parcialmente efectiva sería un gran paso adelante", dice Melinda Moree, directora de MVI. "Estamos avanzando en esta vacuna, con la esperanza de que sirva para salvar vidas lo más pronto posible".
La lluvia de dinero de Gates también luchará contra la escasa investigación de la industria en nuevos fármacos contra la malaria: 82,3 millones de euros se destinarán para cinco años al Consorcio para Medicamentos contra la Malaria, siglas en inglés), cuyo objetivo es "descubrir, desarrollar y distribuir" nuevos fármacos, sobre todo en vista de la resistencia desarrollada por el parásito Plasmodium falciparum ante los tratamientos hasta ahora más expandidos.
"Hace cinco años", recuerda Chris Hentschel, presidente de MMV, "el oleoducto de la investigación en antimaláricos estaba vacío, pero ahora estamos desarrollando 20 productos, de los que hay seis ya en fase de ensayo". Entre ellos, MMV destaca varias terapias combinadas que cuestan un euro y son tres tomas diarias, y una píldora para niños con sabor a fresa y que se disuelve en agua.
Por otra parte, la Fundación Gates aportará 41,7 millones de aquí al 2010 al Consorcio para el Control Innovador del Vector de la Malaria (IVCC, siglas en inglés), dirigido por la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, que trabaja en el rápido desarrollo y mejora de insecticidas y otros métodos de control del mosquito anofeles, vector de la enfermedad.
"Históricamente, controlar a los mosquitos ha sido la llave para controlar la malaria", dice Janet Hemingway, directora de la escuela de Liverpool. "Necesitamos nuevos insecticidas que funcionen, y que sean inocuos para las personas y para el medio ambiente".
La importancia de la iniciativa de la Fundación Gates resalta al comparar su donación de 212 millones de euros (en cinco años) con la cifra de 266 millones reflejada en el análisis que la Alianza para la Investigación y Desarrollo contra la Malaria hace de los fondos mundiales destinados a combatir la pandemia en 2004. El informe, basado en datos de inversiones públicas y privadas, indica que, con todo, las aportaciones han crecido un 0,3% en la última década.
El entorno de Gates no ahorra las críticas a esta situación. "El informe muestra con crudeza cuán poco se está gastando en investigación contra la malaria", dice Hentschel, de MMV. "Hay muchas prometedoras vías científicas que no están siendo exploradas o proseguidas rigurosamente debido a la falta de financiación. Si queremos que nuestros hijos crezcan en un mundo sin malaria, necesitamos que los Gobiernos, las empresas privadas y otros inversores incrementen significativamente sus aportaciones".
En especial, según la Fundación Gates, hace falta lograr que la población en zona de malaria tenga acceso a métodos de control como mosquiteras, insecticidas y terapias combinadas. La fundación calcula que para reducir a la mitad la malaria de aquí a 2010 se necesitarían 2.630 millones de euros al año.
"Tanto como poner en pie una estrategia de investigación contra la malaria, es igualmente crucial salvar hoy vidas con los medios con que contamos", dijo Bill Gates al anunciar la donación. "Una mosquitera cuesta pocos dólares, pero sólo una pequeña fracción de los niños africanos duerme bajo una".
En mayo pasado, los Gates destinaron 28 millones de euros a evaluar el programa de control de la malaria de uno de los países más afectados, Zambia, como experimento piloto para intervenir en apoyo de las estrategias nacionales.
Además, la fundación contribuye con 123 millones de euros al Fondo Mundial de Naciones Unidas contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, que ha comprometido 2.400 millones para 128 países este año.
Un niño muerto cada 40 segundos
La malaria es la principal amenaza sanitaria y económica para los países pobres. Hasta la fecha las multinacionales farmacéuticas no se han centrado en ese tipo de enfermedades.
- Mortandad. Hay entre 300 y 500 millones de casos al año, con al menos un millón de muertos al año. La mayor parte son niños africanos: cada 40 segundos fallece uno. Es la primera causa de muerte antes de cumplir los cinco años.
- Gasto sanitario. El 40% del gasto sanitario de los países afectados se va en paliar los efectos de la malaria. La enfermedad es responsable del 40% de los ingresos hospitalarios y de casi el 50% de las consultas externas.
- Síntomas. Entre 9 y 14 días después de la picadura del mosquito, la víctima padece fiebre alta, dolor de cabeza, convulsiones, vómitos, letargia. La enfermedad destruye los glóbulos rojos, por lo que resulta especialmente peligrosa durante las anemias relacionadas con el embarazo. También puede generar coágulos en el cerebro y en otros órganos.
- Terapias. El plasmodio ha desarrollado resistencia en algunas zonas de más del 60% a los tratamientos clásicos con cloroquina. Se está intentando extender la terapia combinada con artemisinina (derivada de una planta, la artemisa, que ha mostrado eficacia en China y Vietnam) y amodiaquina; pero el tratamiento es más caro y los países pobres no pueden producirlo. Las mosquiteras impregnadas en insecticida (cuestan menos de dos euros) pueden reducir en aproximadamente un 20% la infección, pero las familias en las zonas rurales africanas no pueden permitirse comprar mosquiteras para cada persona.
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