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El huracán Beta obliga a evacuar a miles de personas en Nicaragua

El ciclón tropical pierde fuerza al tocar tierra en las costas de América Central

El huracán Beta, que llegó a alcanzar la categoría tres en una escala de cinco, perdió fuerza al tocar tierra ayer en la costa atlántica de Nicaragua, donde miles de personas habían sido evacuadas a lo largo de la jornada ante los destrozos que podrían provocar los fuertes vientos y lluvias que arrastra el ciclón tropical. Poco después de alcanzar el pueblo costero de Karawala, el huracán fue rebajado primero a la categoría dos y posteriormente a la uno.

El ciclón, acompañado de ráfagas de viento de 175 kilómetros por hora, siguió su desplazamiento hacia el interior después de pasar por Karawala, unos 100 kilómetros al sur de Puerto Cabezas, la capital provincial. La trayectoria prevista por los meteorólogos indicaba que seguiría perdiendo fuerza en contacto con las cadenas montañosas de Chontales, 139 kilómetros al este de Managua, antes de salir por el océano Pacífico convertido ya en tormenta tropical. Sin embargo, Beta se quedó anoche en posición estacionaria, con el ojo del huracán situado sobre el sector de Laguna de Perlas, cubriendo una superficie de 200 a 250 kilómetros cuadrados de litoral.

"Incluso aunque pierda fuerza, esta depresión atravesará el país durante 24 horas como mínimo y provocará inundaciones y deslizamientos de tierras que pueden llegar a ser muy peligrosos", explicó el meteorólogo Javier Jiménez, del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Inter).

El Gobierno no había informado anoche sobre si había víctimas mortales y las autoridades desconocían la situación en numerosas aldeas costeras. La mayoría de esas localidades fueron evacuadas por el Ejército nicaragüense hacia zonas seguras, ante el peligro de inundaciones y avalanchas de barro. Toda la población de Laguna de Perlas, unos 3.000 habitantes, abandonó la ciudad.

Algunas casas han sido destruidas en las localidades de Sandy Bay y Karawala, en la región autónoma del Atlántico Sur. En Puerto Cabezas, donde la mayoría de las casas están construidas con madera, muchos habitantes se habían refugiado en iglesias, escuelas y edificios oficiales. Las autoridades locales habían decretado el toque de queda para impedir los saqueos. Sin embargo, ayer, después de que Beta cambiase de trayectoria, la situación en esta ciudad de 60.000 habitantes volvió a la normalidad, aunque se produjeron algunas inundaciones en las zonas más próximas al mar.

Antes de la llegada de este ciclón de comportamiento errático, el presidente nicaragüense, Enrique Bolaños, reconoció que su país no tenía ni los medios ni el tiempo para evacuar a todos los habitantes de los pueblos amenazados de la costa atlántica. "Hacemos todo lo posible para salvar vidas. Pido a Dios que proteja a nuestro pueblo", señaló el presidente.

El Salvador, en alerta

En Honduras, las evacuaciones afectaron a cinco de los 18 departamentos del país. Sin embargo, a causa de una disminución del peligro, el alcalde de Tegucigalpa, Miguel Pastor, anunció la suspensión de la salida de 150.000 habitantes de la capital hondureña, que en 1998 sufrió graves daños por el paso del huracán Mitch. El Salvador se encontraba en alerta amarilla por temor a que Beta tomase una trayectoria similar a la del Mitch.

Beta es la vigésimotercera tormenta tropical con nombre de la temporada de huracanes, la peor desde que existen registros, y el huracán número 13.

Inundaciones en los alrededores del puerto de la ciudad de Puerto Cabezas, en Nicaragua.
Inundaciones en los alrededores del puerto de la ciudad de Puerto Cabezas, en Nicaragua.ASSOCIATED PRESS

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