"Ya cumplí con los tópicos del artista sufridor"
El cantante y compositor Andrés Calamaro vive ahora en Buenos Aires y parece haber dejado atrás una etapa "de soledad y toxicidad". "Ahora tengo una vida cotidiana nueva: tomo mate por la mañana, leo los periódicos, lavo los platos y compro la comida, pero no me hubiera importado escribir 100 canciones menos y haber empezado antes con esta vida", cuenta el músico, en el curso de una conversación telefónica. Se le escucha más austero en palabras pero prolífico en sensibilidad musical.
Pregunta. ¿La decisión de volver a cantar y grabar nuevos discos supone un cambio de actitud con respecto a su vida?
Respuesta. Mis cambios de actitud no tienen que ver con asuntos musicales; hay otros fluidos que afectan a mi vida. Pasé por momentos buenos y menos buenos, y si pude volver a subirme a un escenario fue gracias a Bersuit [el grupo argentino con el que realizará su gira por España] que supo insistir y convencerme. Luego, el público le dio al concierto una dimensión extramusical y llenó el momento de emoción. Me sorprendió ver que había gente que lloraba. Para mí resultaba difícil de creer porque yo soy más bien tenso y la previa al concierto la viví con mucha ansiedad y preocupación. Siempre pienso en el error, tengo mala memoria y creo que se me van a olvidar las letras. El resultado, pese a todo, no fue un empacho de gloria, me pesaba mucho la responsabilidad de estar bien y tener la voz en buen estado.
"La verdad es que uno siempre piensa que el éxito ha sido el último, aunque no sé si he tocado techo o estoy tocando el piso"
"Me estoy transformando en un músico nuevo. Antes tenía una musa 'aspiradora' y ahora voy a dejar que la inspiración llegue sola"
P. La selección de canciones recogidas en El regreso parece más orientada del lado de los textos y las melodías que del ritmo y el sonido.
R. El repertorio es complaciente en el buen sentido. No recurrí a largos instrumentales, ni improvisaciones, ni free jazz. Me dediqué a interpretarme a mí mismo ayudado por los músicos. Fueron tres conciertos en días seguidos, grabados por una televisión, y el disco es una copia casi idéntica de uno de ellos. Pero la historia empezó en los ochenta con Los Abuelos de la Nada y continuó en España con Los Rodríguez y mi trabajo como solista. La verdad es que uno siempre piensa que el éxito ha sido el último, aunque no sé si he tocado techo o estoy tocando el piso.
P. ¿Pero ha vuelto a componer?
R. Estoy escribiendo, pero mi método para escribir no es algo que recomiende a los niños. En los últimos años me comporté como un científico en busca de la vacuna contra la gripe aviar. Pasé años encerrado sin buscar el aplauso, pero tampoco escribía por vanidad, sino que me encerré en mi laboratorio, pero hubiera preferido vivir otras cosas. Ya cumplí con todos los tópicos del artista torturado, tóxico y sufridor. Afortunadamente, he dejado atrás mi etapa cientifista y tengo una vida cotidiana nueva. Tomo mate por las mañanas, leo los periódicos, lavo los platos. No me hubiera importado escribir 100 canciones menos y empezar con esta vida que tengo ahora antes. Me estoy transformando en un músico nuevo. Antes tenía una musa aspiradora y ahora voy a dejar que la inspiración llegue sola.
P. Teniendo en cuenta que fue capaz de crear El salmón, con 103 canciones, y que tenía una reserva de mil temas más, cuesta creer que esté seco.
R. Si la inspiración no llega, también puedo convertirme en intérprete de mis propias canciones, no hay que desperdiciar ese perfil. El flamenco, el jazz, la música brasileña y el tango son músicas de intérpretes. Conocemos a Camarón pero no sabemos de quién son los textos, estaban debajo de la tierra y dentro de su propio pecho.
P. Y además, últimamente parece encontrarse muy cerca de músicos tan poco rockeros como El Niño Josele y Jerry González.
R. Formo parte del elenco estable de la orquesta de Javier Limón. Desde que grabamos El cantante nos hemos hecho hermanos. Ya tenemos otro disco nuevo que se mueve entre el tango y el flamenco y que se publicará en breve.
P. ¿Y cómo se ha resuelto el juicio por haber dicho hace más de diez años en un concierto que se fumaría un porrito?
R. Es un asunto delirante que se encuentra entre Kafka y Milikito. Fue un tema político. De repente, con todo lo que estaba lloviendo en Argentina con Menem, me utilizaron para desviar la atención sobre la corrupción del Gobierno, aunque la prensa y el pueblo siempre estuvieron de mi parte. Aquí nunca tuvimos un Tierno Galván y me tocó a mí hacer ese papel. El juicio se fue aplazando, y para colmo me citaron para el mismo día del concierto del Luna Park y, además, la vista se retransmitió en la televisión. Finalmente todo acabó bien y casi tuve que firmar autógrafos.
Babelia
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