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Reportaje:

Recambio para el petróleo

Las pilas generan electricidad mediante un proceso electroquímico sin precisar combustión

¿Existen caminos intermedios entre la combustión de los derivados del petróleo y las energías renovables? Sí. Cabe imaginar unas grandes pilas recargables, que consumen gas o propano en mínimas cantidades, que producen electricidad para el hogar y que, en caso de existir excedente, permiten venderlo a la compañía eléctrica correspondiente. Resulta un sistema doméstico de generación de energía menos contaminante y más barato que lo mismo se puede instalar en un edificio de viviendas que en un caserío aislado en medio del monte. En resumen, una respuesta práctica, rentable y, sobre todo, posible para resolver los problemas domésticos, que impulsa el centro de investigaciones tecnológicas Ikerlan, con el apoyo de Fagor y otras 18 entidades de 11 países de la Unión Europea.

Ikerlan participa en una investigación europea para desarrollar pilas de combustible rentables y ecológicas

Durante tres años, este equipo multinacional de investigadores fabricará cuatro prototipos que se probarán en el último año que tienen para desarrollar el proyecto, dotado con un presupuesto de 13,5 millones de euros. "Nuestra intención es que, antes de dos años de terminada esta investigación, alguna empresa pueda fabricarlo para su uso comercial", comenta Ander Laresgoiti, responsable del programa y director de la Unidad de Energía de Ikerlan.

El sistema que proponen es electroquímico, como el que emplean las baterías de los automóviles. Sin embargo, con este tipo de pilas, el proceso de generación de calor y electricidad resulta también más directo, lo que incrementa su eficacia. Los métodos tradicionales deben quemar un combustible fósil para producir calor que, a su vez, se transforma en trabajo mecánico mediante un motor térmico. Este motor es el que mueve un generador que produce electricidad. Las pilas de combustible, en cambio, generan electricidad directamente mediante un proceso electroquímico, utilizando combustibles como el gas natural o el butano sin necesidad de combustión. En resumen, en este nuevo sistema el combustible, a diferencia de las baterías tradicionales, no se agota.

Además de una mayor eficiencia, la agresión al medio ambiente se reduce de forma considerable. Los combustibles utilizados se transforman en calor y electricidad, y en agua y dióxido de carbono, con una emisión mínima de óxidos de nitrógeno y otros contaminantes. Y, como supone un sistema muy avanzado de combustión a baja temperatura, emite una cantidad reducida de gases de efecto invernadero.

Esta nueva técnica se podrá aplicar, en principio, en el ámbito residencial. En los edificios de viviendas, se tratará de que sea compatible con la red eléctrica ya instalada. "Lo más caro es el almacenaje de energía; así que se procurará que, como el consumo de energía no es constante, cuando se genere excedente se venda la elctricidad a la compañía correspondiente", aclara el responsable de Ikerlan. También los caseríos aislados podrán instalar este tipo de pilas, eso sí, con el añadido de unas baterías para poder conservar la energía generada.

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A largo plazo, las pilas de combustible, en combinación con motores eléctricos, podrán ser la base de sistemas de tracción de automóviles y otros vehículos de transporte. Así, cuando el motor principal se halle parado, las pilas de combustibles podrán generar electricidad. "Ante la evidente desaparición del petróleo, este sistema de obtención de energía es un recambio muy atractivo", concluye Laresgoiti.

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