La mirada en los maestros
El cineasta José Luis Guerín imparte durante esta semana en Bilbao un taller de realización de documentales
En una pequeña sala de la sede de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) en la Gran Vía bilbaína se proyectaba ayer Nanook, el esquimal, el documental que realizó en 1922 Robert Flaherty (1884-1951). Una veintena de personas sigue en silencio los avatares mudos de un cazador esquimal y su familia.
El cineasta José Luis Guerín ha elegido a Flaherty y su mirada de lo cotidiano como materia de la primera jornada del taller que desde ayer y hasta el viernes imparte en Bilbao. Cuenta con 21 alumnos, divididos casi por mitades entre mujeres y hombres, muchos de ellos estudiantes o que ya han hecho sus pinitos tras la cámara. Todos se han apuntado al Seminario de Realización de Documental, el tercero que la SGAE desarrolla en la capital vizcaína dentro de su plan de formación.Para Guerín, la mejor manera de aprender es volviendo la mirada a los maestros. Por eso, hoy les presentará a otro clásico: el soviético Dziga Vertov (1855-1954). De su mano verán los alumnos otra manera de realizar documentales. "Si Flaherty hace filmes de seres humanos, Vertov los hace de ideas. El cine documental se mueve en la dialéctica de estos dos legados", explica el director de Innisfree y En construcción. Sin embargo, Guerín no se ciñe al documental, sino que su mirada abarca otros géneros. "No se puede dividir el cine entre documental y de ficción, sino sólo entre cine bueno y cine malo. El cine es un todo", sostiene.
"No se puede dividir el cine en documental y de ficción, sino sólo entre bueno y malo"
Tras ver la película, profesor y alumnos comparten sus impresiones. Los segundos de manera más tímida, inseguros. El director catalán (Barcelona, 1960) les indica los detalles de las escenas más destacadas. "En estos encuentros me preocupo tanto de que mis alumnos puedan hacer cine como de que logren disfrutar más del cine. Si se sabe más, se disfruta más", asegura.
Sin embargo, no quiere que los estudiantes aprendan las pautas de los maestros para aplicarlas tal cual, sino que recapaciten sobre lo que han utilizado sabiamente otros. "Una cosa es ser consciente de lo que te ha precedido, pero a la hora de rodar tienes que enfrentarte a las cosas como si fuera la primera vez", dice.
Guerín se muestra muy crítico con la televisión, a la que culpa de haber hecho mucho daño al género documental. "En esta sociedad de consumo las imágenes son cada vez más vacuas, no responden a nada. Hay una procupante pérdida de significación. El leit motiv de mis clases es que esto tenga sentido. Rara vez hay una mirada propia en el documental televisivo", argumenta. Y cita un caso excepcional, que le impactó: "El del 23-F, un documental de una intensidad increíble. Y se consiguió gracias a que el operador se había ido, dejando la cámara rodando sin moverla".
Además de los talleres que imparte, Guerín prepara el guión de su próximo filme, de ficción, que le gustaría rodar en el verano de 2006.
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