El PNV vota una enmienda del PP y fuerza que la Ley de Defensa vuelva al Congreso

La Ley Orgánica de la Defensa Nacional tendrá que volver al Congreso. La Comisión de Defensa del Senado aprobó ayer una enmienda irrelevante, que afecta sólo a la exposición de motivos del proyecto, pero resulta suficiente para que tenga que regresar a la Cámara baja y no pueda ir directamente al BOE.

La modificación se produjo porque el senador del PNV Iñaki Anasagasti apoyó una de las 39 enmiendas populares.

Lo que hizo Anasagasti fue, en realidad, una demostración de fuerza. Un aviso de cara al pleno del Senado del 2 de noviembre, el mismo día que debatirá el Congreso la admisión a trámite de la reforma del Estatuto catalán. Si la mayoría con la que cuenta el Gobierno en la Cámara baja es exigua, en la alta resulta más que ajustada.

La propuesta de veto del Grupo Popular -equivalente a una enmienda a la totalidad- fue rechazada por los pelos. El resultado de la votación fue empate a 12 votos (Anasagasti se abstuvo) y, como el PP necesitaba mayoría absoluta, resultó derrotada.

Luego se votaron las enmiendas parciales del PP, sin necesidad ya de la mayoría absoluta. El resultado fue el mismo: 12 a 12; es decir, el Grupo Popular a favor y todos los demás grupos en contra, salvo la abstención del PNV. Se hizo la extrapolación de este cómputo al pleno de la Cámara y volvió a salir empate, esta vez a 126 escaños. Se repitió la votación y -quizá porque el aviso ya estaba dado-, Anasagasti cambió de opinión y votó en contra de las enmiendas del PP, finalmente rechazadas.

Nadie puede estar seguro, sin embargo, de que no habrá bajas de senadores en el pleno del día 2, por lo que la abstención del PNV podría permitir al PP introducir cambios sustanciales en la ley. Éstos siempre podrían ser eliminados luego por el Congreso, pero dejando en evidencia la precariedad de la mayoría.

Anasagasti explicó ayer su actitud no como portavoz del PNV, sino en su condición de senador. Alegó que el artículo 4 del proyecto enumera las competencias de las Cortes Generales pero, incomprensiblemente, reserva al Congreso la más importante: la de autorizar, con carácter previo, la participación de las Fuerzas Armadas en misiones fuera del territorio nacional. En su opinión, esta última competencia debería ser también de las Cortes Generales; es decir, del Congreso y del Senado juntos. Una opinión en la que coincidió Convergència i Unió (CiU) e incluso senadores socialistas a título personal.

El PP ofreció a Anasagasti una enmienda transaccional que atribuía a Congreso y Senado la facultad de ser informados por el Gobierno. O lo que es lo mismo: quitaba al Congreso la facultad de autorizar las misiones en el exterior y lo igualaba así al Senado. Anasagasti declinó la oferta, pero no descartó un acuerdo, con PP o PSOE, antes del día 2.