La insurgencia lanza una oleada de atentados en Bagdad y Kirkuk
Tres coches bomba y varios explosivos colocados junto a carreteras alcanzaron ayer a las fuerzas de seguridad estadounidenses e iraquíes en Bagdad y en la ciudad norteña de Kirkuk. Al menos ocho personas murieron y decenas resultaron heridos en esta nueva ofensiva de la insurgencia después de diez días de relativa tranquilidad tras el referéndum constitucional del pasado 15 de octubre.
Estos ataques se producen cuando el número de soldados estadounidenses muertos en Irak se aproxima a los 2.000, lo que vuelve a centrar la atención en el constante deterioro de la seguridad dos años y medio después de la invasión de marzo de 2003. Ayer la cifra de militares muertos en el país árabe alcanzó los 1.996.
Por otra parte, el embajador británico en Bagdad exigió ayer al Gobierno iraquí que investigue las acusaciones de que dentro de las nuevas fuerzas de seguridad iraquíes operan escuadrones de la muerte que actúan contra los suníes.
El diario británico Sunday Telegraph desveló ayer una encuesta secreta del Ministerio de Defensa que señalaba que el 45% de los iraquíes cree que los ataques contra las fuerzas estadounidenses están justificados, mientras que un 82% están en contra de la presencia militar extranjera.
