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Reportaje:

China reafirma su 'democracia'

Pekín publica un informe sobre reformas políticas que considera esencial la continuidad del partido comunista

China hizo ayer público su libro blanco sobre la democracia, el cual no contempla iniciativa alguna para llevar a cabo un cambio político en el país y deja pocas dudas respecto a la determinación del Partido Comunista de seguir aferrado al poder.

El informe, que lleva por título Construyendo la democracia política en China, pone énfasis en la importancia del desarrollo económico y la estabilidad social en la instauración de la democracia, y apunta a que la continuidad del Partido Comunista al frente del poder es "el principio fundamental más importante para el desarrollo de la democracia política socialista en China".

El momento en que el libro blanco ha sido hecho público coincide con las crecientes protestas campesinas y los recientes llamamientos del Gobierno de EE UU a Pekín para llevar a cabo una mayor apertura política. El mes pasado, Robert B. Zoellick, vicesecretario de Estado, urgió al Partido Comunista chino a extender la práctica de celebrar elecciones directas e introducir cambios políticos de más largo alcance.

El Libro Blanco no ofrece indicios de cambios inmediatos en el sistema actual

Esta semana, el presidente del Banco Mundial, Paul D. Wolfowitz, visitó China y también presionó al Gobierno de Pekín para reconocer más derechos políticos a los 1.300 millones de chinos. Wolfowitz, antiguo vicesecretario de Defensa de EE UU, dijo en un discurso durante su visita a Pekín que permitir más participación pública en la gobernanza del país ayudará a reducir la corrupción.

Sin embargo, el informe no ofrece indicios de que China tenga planes inmediatos para introducir cambios significativos. El presidente Hu Jintao, líder también del Partido Comunista, ha decepcionado a quienes habían confiado en que su acceso al poder tendría como consecuencia una mayor liberalización. Por el contrario, Hu ha impulsado el control de los medios y ensalzado el predominio del partido.

Incluso con un crecimiento económico de casi dos dígitos, el descontento se extienden a toda la sociedad china. Las protestas campesinas están aumentando por la corrupción, la contaminación y la confiscación de tierras. Las demandas de los campesinos para la recuperación de sus tierras en algunos pueblos tienen como objetivo a los funcionarios locales corruptos. Wolfowitz indicó que unos 150 millones de chinos viven en situación de "pobreza extrema". Otros informes aseguran que más de 500 millones viven con menos de 1,67 euros diarios.

El libro blanco alude a los problemas del país sin entrar en detalles. "El sistema democrático todavía no es perfecto", admite, y a continuación añade que "aún queda un largo camino por recorrer en la construcción de la democracia política de China".

El tono del informe es de autoalabanza, y proclama que el actual sistema político ha permitido al pueblo chino "convertirse en amo de su propio país y sociedad, y disfrutar de amplios derechos democráticos".

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