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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

El tripartito catalán abre la vía a la negociación del Estatuto en el Congreso

Enric Company

Los cuatro partidos catalanes que el 30 de septiembre aprobaron el proyecto de nuevo Estatuto de Autonomía mostraron ayer sus divergencias sobre cómo defenderlo en las Cortes. Pero lo hicieron para introducir flexibilidad y oportunidades de transacción frente a la rigidez preconizada por Convergència i Unió (CiU). Los tres partidos que forman el Gobierno catalán (el socialista, Esquerra Republicana e Iniciativa Verds) se abrieron a presentar y negociar enmiendas al proyecto de Estatuto en su tramitación en el Congreso de los Diputados. El otro partido, CiU, insistió, en cambio, en que el texto debe ser defendido en su actual redacción y sin enmendarlo.

La predisposición negociadora adoptada por la coalición de los tres partidos de la izquierda se mostró en el debate y votación de las resoluciones con que finalizó el debate parlamentario anual sobre la orientación del Gobierno. Los 74 diputados de la izquierda rechazaron una resolución de CiU que proponía defender "la integridad" del proyecto y "no presentar ningún tipo de enmienda".

Los tres partidos de izquierda rechazan una propuesta de CiU de no enmendar el proyecto
La resolución facilita la negociación entre la Generalitat y el Gobierno central
El Parlamento autónomo insta a impulsar "todas las vías de diálogo y búsqueda de acuerdo"
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La resolución aprobada, con la abstención de los convergentes, insta al Gobierno de Pasqual Maragall a impulsar "todas las vías de explicación, diálogo y búsqueda de acuerdo" sobre el Estatuto con las demás fuerzas del Congreso de los Diputados.

Esta posición concuerda con la adelantada semanas atrás por el Partit dels Socialistes (PSC), por boca de su primer secretario, José Montilla. Los socialistas catalanes han mantenido desde aquel día la pretensión de ofrecer como vía de acuerdo en la Cámara baja las enmiendas que les fueron rechazadas en el último tramo de la aprobación del proyecto en el Parlamento autónomo. También el presidente Pasqual Maragall ha advertido ya en varias ocasiones que cabe admitir la posibilidad de enmendar el Estatuto, aunque sin afectar a sus aspectos "sustanciales".

La definición como "nación"

Algunas de ellas se refieren a aspectos muy sensibles del proyecto, como la redacción del artículo que define a Cataluña como "nación", por ejemplo, para el que defienden una formulación a su juicio mejor que la actual desde un punto de vista estrictamente político.

La flexibilidad del tripartito fue refrendada ayer mismo, una vez finalizada la sesión parlamentaria, también por el primer consejero del Gobierno catalán, Josep Bargalló, de Esquerra Republicana. Recurrió para ello a uno de los aspectos de la reforma que ha dejado mal sabor de boca a la izquierda por la forma en que está redactado, el artículo que trata sobre el laicismo de la enseñanza pública. Bargalló recordó que, fruto de una apresurada negociación a última hora, "este artículo tiene una redacción tan confusa que deberíamos aprovechar la primera ocasión que tengamos para mejorarlo". Y si para este caso es bueno poder enmendar, agregó, "hay que aceptar que también puede serlo en otros".

Bargalló calificó como "elemento distorsionador" la pretensión de CiU de comprometer a todos los partidos a no presentar ninguna enmienda en el trámite de la reforma estatutaria en el Congreso de los Diputados. A pesar de ello, mantuvo que los tres delegados del Parlamento catalán que el 2 de noviembre presentarán la propuesta de reforma en el pleno del Congreso, "la defenderán de manera unitaria y en su integridad".

"Nada ha cambiado"

Eso será así, sostuvo, porque pese a la dureza con que CiU ha atacado al Gobierno de Maragall en el debate parlamentario que ayer finalizó, que ha llegado hasta el extremo de pedir la disolución del Parlamento y la consiguiente convocatoria de elecciones anticipadas, "poco o nada ha cambiado desde el 30 de septiembre" respecto al acuerdo de los cuatro partidos sobre el Estatuto. Los tres diputados serán el presidente de CiU, Artur Mas; la presidenta del grupo parlamentario del PSC, Manuela de Madre; y el presidente de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod.

La posición negociadora del tripartito aligera la presión sobre los socialistas catalanes, que aspiran a alcanzar acuerdos sobre el proyecto de Estatuto con sus compañeros del PSOE como base para acuerdos más amplios. El viceprimer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha advertido incluso a los otros partidos catalanes que apoyan la reforma de que lo mejor que podrían desear es que las enmiendas del PSOE sean las del PSC.

La diputada socialista Carme Figueras defendió la resolución adoptada con el argumento, precisamente, de que los diputados del PSC en el Congreso "forman parte del Grupo Socialista junto con los del PSOE" y no van a renunciar a sus derechos en él. El principal argumento, no obstante, era que cuando se pretende negociar algo no debe renunciarse antes de comenzar a ningún instrumento. Que es lo que, en este caso, son las enmiendas.

Esta resolución facilita también las aproximaciones ya en curso entre el Gobierno central y el de la Generalitat sobre el proyecto. Las aproximaciones se llevan a cabo con discreción y a pesar del enorme "ruido mediático", como Bargalló definió la controversia levantada en toda España por el proyecto de nuevo Estatuto catalán.

En primer término, Joan Ferran (PSC) y el portavoz del partido, Miquel Iceta.
En primer término, Joan Ferran (PSC) y el portavoz del partido, Miquel Iceta.MARCEL·LÍ SÀENZ

Puigcercós admite el término "comunidad nacional"

El secretario general de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), Joan Puigcercós, aceptó ayer el término "comunidad nacional" como uno de los posibles para definir a Cataluña en el nuevo Estatuto, aunque recordó que el Parlamento autónomo optó en su día por el de "nación". Como la aprobación se realizó por amplia mayoría (88,9%), el portavoz de ERC en el Congreso apeló a la aplicación del sentido común en esta discusión.

Puigcercós reconoció que "evidentemente" el concepto de "nación" no tiene efectos jurídicos, y declaró que los eufemismos "no son suficientes para calmar las exigencias del PP o de algunos barones territoriales del PSOE, porque si se oponen a 'nación' se opondrán también a 'comunidad nacional".

Como muestra de las afirmaciones de Puigcercós, el pasado miércoles, durante una sesión en el Senado, el portavoz del PP, Pío García-Escudero, afirmó que la expresión "comunidad nacional" evoca a conceptos del nacionalsocialismo, del fascismo y del Chile de Pinochet.

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