La cultura de la discreción
El reciente libro de memorias del periodista J.J. Pérez Benlloch titulado Al cierre, incluye unas opiniones sobre Joaquín Maldonado Almenar que comparto, y sobre las que querría añadir algunos comentarios aprovechando la oportunidad del 25 aniversario de la Bolsa en Valencia, a cuya creación tanto contribuyó. Conocí a don Joaquín Maldonado hace más de treinta años en su despacho de Corredor de Comercio, situado pisos abajo de los locales de la Cámara de Comercio, en la calle del Poeta Querol de Valencia, donde por entonces yo trabajaba. Su respetable figura iba siempre acompañada de unas formas de cortesía exquisitas, "usted me manda", acostumbraba a decir desde su enorme autoridad. El despacho de Joaquín Maldonado era por los años setenta frecuentemente visitado por financieros, empresarios, intelectuales y políticos, varios de ellos lamentablemente ya desaparecidos como el propio presidente de la Cámara, José Antonio Noguera, Vicente Iborra, Vicent Ventura, Manuel Sanchis Guarner o Manuel Broseta, entre otros.
Joaquín Maldonado es referencia inexcusable como corredor de comercio en Valencia y en España
Como Corredor de Comercio, Joaquín Maldonado es referencia inexcusable de su profesión tanto en Valencia como en España, y a su labor no fue ajena la conversión del Bolsín de Valencia en Oficial en 1970 y en la ya citada Bolsa en 1980. El amor por la profesión lo inculcaría asimismo a sus hijos, cuatro de los cuales, Joaquín, José, Miguel e Ignacio, la ejercerían más tarde prosiguiendo con el prestigio de la misma.
Pero por otro lado, desde su ubicación política próxima a la figura de Luis Lucia, Joaquín Maldonado colaboró también en la restauración democrática, tras la dictadura del general Franco, con el denominado equipo de la democracia cristiana, representado por los partidos de José María Gil Robles, Joaquín Ruiz Jiménez, el PNV y la UDC, llegando a figurar aún sin éxito electoral en las listas para el Senado de la Unió Democràtica del País Valencià (UDPV), con Vicent Ruiz Monrabal para el Congreso, con el lema Por una política valenciana.
En el Ateneo Mercantil de Valencia la figura de Joaquín Maldonado todavía se asocia al discurso pronunciado, bajo su presidencia y con su apoyo, por Martí Domínguez, entonces director de Las Provincias, con el título Cuando callan los hombres, hablan las piedras. Eran meses posteriores a la riada de octubre de 1957, cuando las aguas del Turia inundaron las calles de Valencia, y el acto sólo cabía entenderlo como un posicionamiento de Valencia para demandar mayor atención del poder central, como así se entendió. Martí Domínguez sería sustituido al poco tiempo por presiones políticas en la dirección del diario decano y Joaquín Maldonado, quien apoyó igualmente la actitud reivindicativa del por entonces alcalde, Marqués del Turia, elogiado siempre como presidente de la entidad ateneísta.
La RESEAP, la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, fundada hace más de dos siglos, debe a Joaquín Maldonado haber perdurado durante más de dos décadas, desde 1961, mediante su solitaria y pertinaz labor, manteniendo los locales, conservando la valiosa biblioteca, facilitando a Francisca Aleixandre la edición del catálogo de la misma y llevando a cabo a mediados de los setenta una eficaz renovación de la Junta de Gobierno, con la incorporación de Pascual Carrión, Guillermo Stuyck, Ernest Lluch o Miquel Gil Corell, todos ellos ya fallecidos, entre otros, lo que permitiría años más tarde recuperar el lugar que le corresponde como entidad fundadora de la Caja de Ahorros de Valencia.
Más adelante, en el Diario de Valencia la actuación de Joaquín Maldonado fue determinante. Adquirió la cabecera del periódico de los herederos del cofundador Luis Lucia y siempre durante los años de funcionamiento del mismo favoreció el entendimiento entre su variopinto accionariado en aras de una publicación diaria, valenciana, independiente, y democrática. Asimismo, puso el acento en la defensa de la libertad de expresión, como el director entonces del diario J.J. Pérez Benlloch refiere en el libro de memorias que encabeza estas líneas, al afirmar, que en ocasiones no estaba de acuerdo con las cosas que publicaba el diario pero tampoco estaba de acuerdo con que no se publicasen.
Años más tarde, el Ayuntamiento de Valencia se hizo eco de la petición de numerosas de las instituciones agradecidas por la labor desempeñada por Joaquín Maldonado, entre otras las que acabamos de hacer referencia, y pese a la lenta tramitación del expediente, como consecuencia de la actitud de determinados dirigentes políticos que no supieron reconocer los sobrados méritos que en su persona concurren en favor de la sociedad valenciana, acabó nombrándole Hijo Predilecto de la ciudad, que la cultura de la discreción que desde siempre ha practicado no hace sino acrecentar en sus merecimientos y en nuestro cabal reconocimiento.
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