Marruecos inicia la repatriación de más de 1.000 inmigrantes
El Frente Polisario muestra a la ONU a más de 100 subsaharianos rescatados del desierto
Marruecos inició ayer la repatriación masiva de más de un millar de inmigrantes subsaharianos detenidos por sus fuerzas de seguridad en los alrededores de Ceuta y Melilla y repartidos en los últimos días en varios cuarteles de la zona de Guleimin, al sur del país. Cuatro aviones despegaron del aeropuerto militar de esa ciudad, dos hacia Bamako y dos rumbo a Dakar. En cada uno viajaban 145 inmigrantes.
El wali (gobernador) de la provincia, Ahmed Hindi, declaró a EL PAÍS que en el plazo de dos o tres días habrán sido devueltos a sus países desde ese aeropuerto 900 subsaharianos. Las autoridades buscan la forma de repatriar a otro centenar, divididos en pequeños grupos de distintas nacionalidades.
En total, las autoridades marroquíes han repatriado en un solo día a 580 inmigrantes. Hindi explicó que la operación está siendo coordinada por las autoridades militares, las cuales sólo han permitido a la televisión marroquí tomar imágenes de los subsaharianos y han vetado el acceso a sus instalaciones a los medios de comunicación internacionales.
Los inmigrantes fueron conducidos al aeropuerto en convoyes de autocares fuertemente custodiados por fuerzas del Ejército y de la Gendarmería Real. Antes, la policía los había interrogado y había realizado fotografías y fichas de todos ellos. Esas fichas fueron presentadas a los representantes diplomáticos de sus países, quienes procedieron a su identificación. El wali pidió a este periódico que no utilizara el término repatriación para referirse a la devolución de los inmigrantes a sus países, pues, según él, "todos retornan de forma voluntaria y con la colaboración, también voluntaria, de sus representantes diplomáticos en Marruecos".
Entre los diplomáticos que acudieron a los cuarteles de Guleimin se hallaban los encargados de negocios de las embajadas de Malí y Camerún y los embajadores de Senegal, Gambia y Guinea-Conakry. Este último, Mamudú Salim, declaró a media tarde de ayer que había identificado en la base castrense de Bouizarkane a 83 compatriotas, uno de los cuales se encontraba herido, y que se dirigía a un cuartel de Guleimin, donde supuestamente le esperaban otras decenas de guineanos. Al igual que el wali, Salim dijo que todos deseaban volver a su patria.
Mientras, el Frente Polisario se esforzó ayer por dar mayor credibilidad a su operación de salvación de subsaharianos deportados por Marruecos al desierto. Presentó en Bir Lehlou (noreste del Sáhara Occidental) más de 100 inmigrantes, rescatados desde el miércoles, a la Minurso, el contingente de Naciones Unidas desplegado en la antigua colonia española, según indicó el delegado del Polisario en España, Brahim Gali. Posteriormente, la prensa podrá reunirse con ellos. La guerrilla saharaui sigue rastreando la zona. Fuentes de Médicos del Mundo en Bir Lehlou han confirmado a EL PAÍS que el número de subsaharianos asciende a 160, y que han localizado a varios cientos más. El Frente Polisario ha pedido ayuda internacional para hacer frente a la situación, y en concreto a España.
El portavoz del Gobierno marroquí, Nabil Benabdalá, reiteró ayer, en declaraciones al diario francés Le Monde, que Rabat no abandonó a ningún inmigrante en el desierto aunque reconoció que "la hipótesis fue examinada".
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