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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

Maragall se reunió con Piqué para pedirle que ayude a apaciguar los ánimos del PP

El presidente del Consejo de la Abogacía afirma que el Estatuto se puede "arreglar" en las Cortes

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, citó en la tarde del jueves al líder de los populares catalanes, Josep Piqué, en el Palau para hablar del Estatuto. Las versiones de fuentes cercanas a ambos sobre la entrevista difieren en los detalles, pero coinciden en tres cuestiones: Maragall le pidió a Piqué ayuda "para apaciguar los ánimos en el PP de Madrid". A ello Piqué contestó que su partido está muy tranquilo y que "el problema lo ha creado el PSC por permitir que se presente un Estatuto como el que se ha presentado". Y, por último, le dijo que el PP sólo está dispuesto a ayudar a que se devuelva el texto a Cataluña. La conveniencia de ese retorno fue destacada ayer por Mariano Rajoy, presidente del PP, en Baleares.

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Las versiones de la conversación entre Maragall y Piqué del jueves son, a partir de esa coincidencia básica, contradictorias. Ambos se recriminan haber hecho público el contenido de la entrevista.

Piqué consideró ayer que el entorno de Maragall había dado una versión a algún medio de comunicación catalán y decidió dar la suya, que se resume -según fuentes cercanas al líder de los populares catalanes- en los siguientes términos: el presidente de la Generalitat le convocó para decirle que estaba "muy preocupado" por cómo se estaba entendiendo el Estatuto en Madrid, en el PP y en el ámbito de influencia de ese partido. Acto seguido le reconoció que quizá el texto se les "había ido de madre" y le confesó que "muchos empresarios" han hecho llegar a la Generalitat "su preocupación por un proyecto muy intervencionista y que puede dañar la economía catalana".

Maragall, según fuentes de su entorno, niega rotundamente que se dedicara a "hacer autocrítica" delante de Piqué. Sí asegura que le pidió que colaborara en "apaciguar los ánimos" del PP en Madrid y en llevar el debate del Estatuto hacia el terreno de la negociación política. En este punto, Piqué le contestó que el "problema lo ha creado el PSC con el Estatuto".

En esto sí hay coincidencia entre las versiones. El entorno de Piqué mantiene que éste trasladó al presidente de la Generalitat que "el lío lo ha creado el tripartito" y que eso es responsabilidad del PSC, del propio Maragall y de José Luis Rodríguez Zapatero.

La solución que Piqué ofreció a Maragall es la que reclama el PP nacional desde que se aprobó el Estatuto: que éste se devuelva al Parlamento de Cataluña "y volver a empezar, pero ahora con un objetivo más modesto". Es decir, sólo para reformar el Estatuto ahora existente, "viendo artículo por artículo qué hace falta para mejorar el autogobierno". El consejero catalán de Relaciones Institucionales, Joan Saura, descartó esta posibilidad, reafirmó la validez del texto y aseguró que su retirada sería un fracaso "para Cataluña y para José Luis Rodríguez Zapatero".

También defendió la reforma, aunque con matices, el presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Carlos Carnicer, quien aseguró que el texto tiene aspectos que "chirrían" y otros "que se hacen chirriar más de lo que chirrían". En cualquier caso, se mostró convencido de que "todo puede arreglarse" en la tramitación del texto en las Cortes.

Chaves defiende el trámite

Desde Andalucía, Manuel Chaves, presidente de la Junta, emplazó a los populares a dejar de proclamar que España se va a romper, de enfrentar a las autonomías entre sí o convertir a Cataluña en un problema, informa Isabel Pedrote. En su lugar, les animó a asumir su "responsabilidad" e implicarse en un pacto en el Congreso para que el proyecto se ajuste a la Constitución, pues "el Estatuto o es constitucional o no será Estatuto".

Ante las acusaciones de la portavoz del PP, Teófila Martínez, de defender el sillón de Zapatero y traicionar a Andalucía, Chaves recordó que el texto del Estatuto que ha entrado en el Congreso de ningún modo se puede considerar una reforma de la Constitución encubierta, como sostiene el PP. Chaves emplazó al PP a dejar de vaticinar grandes males para España por las reformas en marcha: "Dijeron que con el plan Ibarretxe se iba a romper el Estado, y no pasó nada, y ahora lo hacen con el Estatuto . No se rasguen las vestiduras y confíen en la madurez democrática para dejar que el Congreso pueda trabajar serenamente".

El PP se quedó solo ayer en el Ayuntamiento de Barcelona al rechazar una declaración institucional a favor de la reforma aprobada por el PSC, CiU, ERC e ICV.

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