La muerte del ministro sirio genera sospechas en Occidente
El supuesto suicidio del ministro del Interior de Siria y antiguo hombre fuerte del régimen de Damasco en Líbano, el coronel Ghazi Kanaan, está provocando todo tipo de sospechas, especialmente en la comunidad internacional occidental, donde se apunta la posibilidad de que su muerte se deba a un asesinato minuciosamente preparado y maquillado por Damasco. El objetivo de la operación sería que Kanaan apareciera como único responsable del atentado terrorista que costó la vida, el pasado febrero, al exprimer ministro libanés Rafik Hariri y a otras 20 personas.
"No creo que se trate de un suicidio. El calendario coincide demasiado. Parece que alguien intenta crear la impresión de que éste [Kanaan] es responsable del asesinato de Hariri", aseguró ayer Denis Ross, el ex emisario de la Casa Blanca en Oriente Próximo y uno de los intelectuales estadounidenses que mejor conoce la política siria. Ross recalcó así un sospechoso paralelismo entre la muerte del político sirio y la inminente publicación del resultado de las investigaciones de la Comisión de la ONU sobre el asesinato de Hariri.
Denis Ross no es el único escéptico. Otros muchos observadores y analistas internacionales comparten las dudas sobre el aparente suicidio de Kanaan, sobre todo porque esta fórmula de eliminación fue utilizada en diversas ocasiones por el régimen de Damasco para deshacerse de personajes incómodos. El último suicidio polémico, y nunca aclarado, fue el del ex primer ministro sirio Mahmud Zuebi, quien se quitó la vida en mayo de 2001, dos meses después de que fuera cesado de sus cargos y expulsado del partido Baaz tras una investigación sobre un caso de corrupción. Zuebi, como Kanaan, se disparó un tiro en la boca, según la versión oficial.
Versión oficial
El fiscal general del Estado trató ayer, sin embargo, de disipar las dudas y sospechas abiertas tras la muerte del ministro del Interior y aseguró en un comunicado oficial que, después de haber realizado todas las comprobaciones e investigaciones, la conclusión era clara y contundente; "se trata de un suicidio cometido con su revólver, un Smith & Weson del calibre 38". La versión oficial fue aceptada por los dirigentes sirios, quienes ayer acompa-ñaron los restos de Kanaan hasta el cementerio de B'Hamra, su ciudad natal, situada a unos 350 kilómetros al noroeste de Damasco.
"Es un héroe de Siria, a la que ha servido con honor y lealtad", aseguró ayer al pie de su tumba el viceprimer ministro sirio, Abadía al Dardari, en el transcurso de un acto fúnebre, al que asistieron unas 3.000 personas, en su mayoría de B'Hamra. Varios dignatarios sirios y unos diputados libaneses dieron el pésame a los seis hijos de Kanaan (dos hijas y cuatro hijos). Al Dardari, quien representaba al Estado sirio, insistió en que el difunto era "un héroe árabe".
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