Un consorcio participado por Sacyr gana el contrato para construir el puente de Messina

Un grupo de empresas en el que figura la española Sacyr Vallehermoso se adjudicó ayer la construcción de un puente de más de tres kilómetros de longitud entre la isla de Sicilia y la península italiana. El grupo vencedor estaba encabezado por Impregilo, la mayor constructora de Italia, y propuso una oferta de 3.880 millones de euros. Otra empresa española, Ferrovial, formaba parte del grupo de Astaldi, derrotado en la subasta pública. Las primeras ideas de este proyecto datan del siglo XIX y su coste total, incluyendo los enlaces, superará los 6.000 millones de euros.

El puente de Messina debería inaugurarse en 2012, aunque la falta de un proyecto definitivo algunas incertidumbres geológicas y las probables dificultades para financiar un proyecto cuyo coste total, incluyendo enlaces, superará los 6.000 millones de euros, hacen sospechar que la conclusión de la obra podría demorarse al menos hasta 2013 o 2014. La sociedad austriaca Strabag participó con los grupos de Impregilo y Astaldi en las primeras fases de la subasta de la construcción, pero se retiró en abril alegando que "los riesgos legales, geológicos, técnicos y financieros" eran "demasiado altos".

El grupo que se hará cargo de la obra está constituido por Impregilo, Sacyr Vallehermoso, Societá Italiana per Condotte d'Aqua, Cooperativa Muratori & Cementisti-CMC di Ravenna, Ishika-wajima-Harima Heavy Industries y ACI Consorzio. En su oferta se comprometieron a concluir el trabajo en 70 meses, algo menos de seis años, a partir del inicio real de las obras. La colocación de la "primera piedra" está prevista para la segunda mitad de 2006. No será en realidad la primera piedra: el Gobierno de Silvio Berlusconi ha realizado en el pasado lustro al menos tres ceremonias de inicio simbólico de las obras, coincidiendo con otras tantas campañas electorales.

El proyecto, rechazado por las organizaciones ecologistas por su impacto ambiental, es ambicioso. Según las bases del concurso, los más de tres kilómetros de puente estarán suspendidos a 65 metros de altura, "colgando" de torres de 382 metros gracias a una red de cables de acero de 1,2 metros de grosor. Sobre el puente se instalarán una autopista de tres carriles por sentido, dos vías de ferrocarril y dos vías de servicio destinadas a atender emergencias. Según el estudio de viabilidad económica, la futura vía de comunicación entre Sicilia y la punta de la "bota" de la península será utilizada por 6.000 vehículos a la hora y 200 trenes al día.

El control de la construcción y la posterior gestión del puente y los enlaces corresponderán a la sociedad concesionaria estrecho de Messina y los 6.000 millones de euros en que se estima el coste total se financiarán de forma totalmente privada. El 40% del dinero debería obtenerse a través de una ampliación de capital de estrecho de Messina, y el resto mediante créditos. La sociedad concesionaria espera recuperar la inversión en 30 años (la mayoría de los analistas consideran muy optimista esa previsión) gracias a los peajes, de 16 euros para los automóviles, 63 euros para los camiones y 80 euros para los autobuses.

El puente entre Sicilia y Messina se ha proyectado tantas veces, sin llegar a realizarse, que constituye casi una broma para los italianos. Las ideas iniciales surgieron en el siglo XIX, pero sólo se concretaron en 1969, con la apertura de un concurso de ideas por parte del Ministerio de Obras Públicas. Ganó el concurso un proyecto de túnel submarino. En los años setenta apareció un nuevo y efímero plan patrocinado por Fiat, y se realizó en Messina una feria sobre el puente que, según se aseguró entonces, iba a estar listo hacia 1985. La cosa quedó en suspenso, aunque varios gobiernos, entre ellos el de Romano Prodi en 1997, estudiaron la posibilidad de acometer la obra.