Los ecologistas dicen que la ley del golf vulnera la norma estatal de usos preferenciales del agua
Aseguran que el cálculo del Consell sobre consumo de un campo es un 40% inferior al real
El grupo Ecologistas en Acción del País Valenciano considera que el anteproyecto de Ley de Campos de Golf del Consell contradice dos normas básicas para el desarrollo de la agricultura, en concreto la Ley de Aguas, que prioriza el agua para uso agrícola sobre el recreativo, y la legislación de modernización de regadíos. El colectivo afirma que el cálculo del Consell sobre consumo de un campo de golf de 18 hoyos es un 40% inferior al real. Y cuestiona los considerandos de la norma sobre las aportaciones de esas instalaciones a la protección del entorno y vertebración del territorio.
El grupo Ecologistas en Acción del País Valenciano ha presentado un documento de alegaciones al Anteproyecto de Ley de Campos de Golf, aprobado por el Consell el pasado 25 de julio por el Consell, que cuestiona la propuesta en cuatro puntos de su articulado y, aparte, discrepa de los argumentos esgrimidos por el Consell para regular la puesta en marcha de estas instalaciones, a saber, el valor añadido de los campos de golf para la conservación del medio ambiente y para la vertebración del territorio.
En el apartado legislativo, los ecologistas sostienen que el Anteproyecto de Ley de Campos de Golf vulnera otro precepto legislativo de superior rango, en este caso el Texto Refundido de la Ley de Aguas, donde se fija la preferencia del sector agrario sobre el recreativo para el aprovechamiento de los recursos hídricos. El fin recreativo está incluido en el último lugar del listado de la mentada norma estatal, que encabeza el abastecimiento de la población. Sólo por razones de interés general, el Ministerio de Medio Ambiente puede variar, con carácter excepcional, el orden de prioridades. "No estando justificadas las razones de interés general para la implantación de los campos de golf, no puede una ley autonómica convertir en norma una excepción de la ley estatal", puntualiza el texto de alegaciones.
Ecologistas en Acción del País Valenciano destaca que el anteproyecto entra en colisión con la ley 8/2002, de 5 de diciembre, de Ordenación y Modernización de las Estructuras Agrarias de la Comunidad Valenciana. Para los ecologistas, esa norma, en su apartado de obras de interés general, no prevé la implantación de campos de golf en suelos agrícolas.
Una parte destacada de las alegaciones de los ecologistas va dirigida a cuestionar los elementos justificativos de la ley. En cuanto, a los supuestos beneficios de los campos de golf para la conservación del entorno, los ecologistas mantienen que el efecto es el contrario: primero, por la gran cantidad de herbicidas y pesticidas que requiere el mantenimiento del césped, más de 700 kilogramos al año de preparados químicos, según estudios de expertos; y, en segundo lugar, por el ingente consumo de agua. En este apartado, e igualmente en base a estudios de especialistas, el consumo medio de un campo de golf de 18 hoyos es de 500.000 metros cúbicos al año, un 40% más que la estimación recogida en el documento del Consell.
El colectivo también discrepa de la aportación de los campos de golf al crecimiento económico y vertebración del territorio y tachan el planteamiento de "reduccionista". "No se puede limitar el desarrollo económico al crecimiento urbanístico y turístico", precisa el texto de los ecologistas. El grupo resalta "las dudas" que desata el binomio construcción-turismo para garantizar la sostenibilidad económica y la pervivencia de los valores intrínsecos del sistema industrial. Los ecologistas difieren, por último, de la disposición de recursos hídricos para el manteniendo de los campos de gol, preferentemente con agua reciclada. "A corto plazo puede ser una alternativa viable, pero parece poco probable que lo sea a medio plazo y de modo generalizado", dice el texto. "Su uso comporta no pocos inconvenientes, fundamentalmente los relacionados con los altos costes de inversión y mantenimiento de las instalaciones depuradoras y/o desalinizadoras, sin olvidar la salinización de los suelos y los riesgos de aparición de vertederos infecciosos", añade.
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