El sueño de Rajoy
Andan felices con sus encuestas. Siempre las encuestas favorecen un poco la opinión política de quienes las encargan: no sé por qué, no sé qué sazones de cocina -se llama cocina a la adecuación del dato bruto a la generalidad del ámbito- entran en los componentes, pero es así. La de la derecha militante, en El Mundo, da una leve ventaja a los populares sobre los socialistas: por primera vez desde las elecciones famosas. No me extraña, podía ser así, el fastidio por una Cataluña independiente es muy general, y aunque otras comunidades lo ven como un anticipo de la suya, hay una especie de repulsa.
El problema es que no hay independencia de Cataluña, que el Estatuto está aún siendo examinado por los partidos, y todos dicen que lo van a enmendar: pero el viejo grito de guerra resuena con fuerza. Lo lanza Rajoy, lo magnifica Aznar: no hay ninguna razón de creerlo, pero son especialistas en crear ambientes imaginarios desde que perdieron, y cada vez gritan más y dibujan su panorama: la España deshecha, rota. "Más vale una España roja que una España rota", decían esos patriotas -sus papás- antes: pero si ahora se pueden quitar las dos cosas de encima...
La campaña general va en el sentido de que se convoquen elecciones anticipadas. Les dieron buen resultado una vez en la Comunidad de Madrid, dicen que los socialistas se acercan a ellos: quizá la señora Sáenz, quizá el señor Tamayo; en cambio, la extrema izquierda de grupúsculo comunista, Piqué, no sabe cómo quitarse de en medio. Le quieren expulsar.
La esperanza de Rajoy es que, con unas elecciones hoy, no llegarían a la mayoría absoluta, pero estarían muy cerca. Sueñan con la alianza total, la de Alemania: cristianos con socialdemócratas. ¡Volver a ser, volver a gobernar! Pero con Zapatero no podría ser. ¿Y con Bono? Ponen a Bono en las encuestas por delante de Zapatero: sería el político más querido. No niego esa posibilidad. Como socialista, es católico practicante, de los que presiden procesiones y besan las manos de sus obispos: después de todo, como los señores de la Casa Real. Como ministro de Defensa, los militares le aprecian y ya es hecho público un anuncio publicitario por el cual dan las gracias a los civiles por lo bien que les soportan. ¿Un Gabinete Rajoy-Bono? Una España que volvería al cauce americano, y que pondría barreras a Cataluña y a los vascos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.