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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Vacaciones y seguridad

En febrero del 2004 mi hijo Juan Andrés, un niño chileno de 13 años, 1,70 metros de estatura, jugador de water-polo y nadador desde los tres años, quedó atrapado bajo el agua a la altura del estómago en un filtro de la piscina de un hotel perteneciente a una cadena española, ubicado en Punta Cana, República Dominicana.

El sistema de filtro contravenía normas internacionales de seguridad, como que no tuviera su rejilla de protección y, lo más grave, careciera de sistema de detención automático en caso de obstrucción. Pero las deficiencias no se limitaban a la piscina. Una vez ocurrida la tragedia, y ante la falta de adecuado equipamiento de emergencia y salvavidas (el oxígeno debió buscarse en un hotel vecino), la ambulancia no pudo entrar en la zona, porque no había accesos para ello. Para colmo, el vehículo no llevaba ningún equipo de auxilios.

Cada vez son más los turistas que se trasladan a países del Caribe para disfrutar del sol, playas paradisíacas y comida en abundancia en los famosos hoteles "todo incluido", creyendo que gozan de las mismas garantías que en sus lugares de origen y dado que son empresas importantes, se da por seguro que cuentan con las debidas medidas de seguridad. Pero, lamentablemente, no es así. En algunos hoteles de países como la República Dominicana, adonde viajan 14 millones de turistas al año, con un 80% de europeos, de los cuales la mayoría son españoles, no hay ni un mal salvavidas.

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La mayoría de los hoteleros de Punta Cana son españoles y conocen la reglamentación internacional; no obstante, se aprovechan de un sistema sin control, lo que les permite un ahorro considerable en seguridad, al precio inestimable de vidas humanas. Los accidentes terminan olvidándose, porque se trata de personas de otros países y la prensa dominicana no cubre este tipo de sucesos. Apelo a la comunidad europea, especialmente a la española, para que vele por el buen funcionamiento de este tipo de establecimientos de vacaciones.

Los turistas no sólo quieren estrellas, sino también seguridad.

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