Cientos de desaparecidos en Guatemala
Un deslizamiento de tierras borra del mapa dos aldeas y los muertos sobrepasan ya los 500
La tormenta tropical Stan es ya el mayor desastre natural padecido por Guatemala. Los últimos datos oficiales dan cuenta de 508 muertos, pero este número puede aumentar dramáticamente si se confirman las informaciones que llegan desde el municipio de Santiago Atitlán, donde dos poblados han sido borrados del mapa debido a un deslizamiento. Los datos oficiales hablan de 337 desaparecidos, pero la cifra podría elevarse a 800. Un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) ha hallado a 900 personas abandonadas y sin agua potable en una aldea del municipio de San Pedro La Laguna, en el departamento de Sololá, donde el acceso es difícil, igual que en Quetzaltenango y San Marcos. La destrucción de las carreteras impide la llegada de las ayudas.
Según las autoridades, al menos 421 comunidades de las regiones sur, suroeste y noroeste de Guatemala, en 12 de los 22 departamentos (provincias), han sido afectadas por las lluvias, lo que ha provocado avalanchas y desbordamientos de ríos. El balance provisional facilitado por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) sitúa en 508 las víctimas mortales y en 337 los desaparecidos, pero todo parece indicar que la cifra aumentará, ya que dos aldeas, Panabaj y Tzanchaj, situadas en el municipio de Santiago Atitlán, han quedado sepultadas por un alud. Según el portavoz de los bomberos, Mario Cruz, el número de desaparecidos podría llegar a los 800.
Las autoridades sanitarias estudiaban la posibilidad de suspender la búsqueda de cuerpos y dejar los escombros como tumba colectiva ante el riesgo de epidemias, informa desde Guatemala José Elías. Esta circunstancia, que empieza a repetirse en otras comunidades rurales, hace temer que no se llegue a conocer el número exacto de víctimas.
El envío de ayuda tropieza con dificultades debido a la llegada de una onda tropical procedente del Pacífico, que ha originado intensas lluvias. Las autoridades temen que este fenómeno meteorológico es una nueva amenaza, ya que la tierra está muy húmeda y más proclive a deslizamientos.
El presidente guatemalteco, Óscar Berger, que el miércoles declaró "el estado de calamidad pública" ha dicho que el número de muertos y heridos "es una triste incógnita". Berger ha decidido suspender su viaje a España, donde iba a participar en la cumbre Iberoamericana de Salamanca.
Las autoridades cuantifican en 118 las comunidades incomunicadas, pero éstas se encuentran en las áreas hasta donde han podido llegar los equipos de rescate en la costa sur. Otras zonas, como San Marcos y Sololá no han podido ser sobrevoladas por el mal tiempo. Según el secretario ejecutivo de la Conred, Hugo Hernández, conforme pasan las horas, los números cambian y la cantidad de poblados aislados aumenta.
Por tierra, los derrumbes son el mayor obstáculo, y por aire, las nubes dificultan la visibilidad, pues en toda el área de la costa sur las lluvias continúan. A través de llamadas telefónicas a los informativos de las radios, los vecinos informan del rescate de personas, pero a mediodía aún se escuchaban gritos de auxilio.
En opinión de Hugo Hernández, pasarán varios días para que puedan ser atendidas, mientras se abren rutas alternas para llegar, aunque se hace lo posible para que sean asistidas por el puente aéreo, que podría trabajar más tiempo si el clima lo permite, concluye.
El piloto Fernando Castillo narraba ayer que su teléfono móvil suena cada dos minutos. Sus interlocutores esperan instrucciones para saber adónde debe volar la próxima avioneta cargada de víveres y esperanza para las víctimas del Stan. Sólo había dormido seis horas. En día y medio de trabajo ha convertido cuatro hangares del Club Aéreo en bodegas de víveres y ropa. Un enjambre de niños y adultos que trabajan con la disciplina de las abejas de una colmena empacan raciones de granos básicos, agua pura, cereal, leche, candelas, fósforos y baterías.
Hasta ayer por la tarde, despegaron 600 vuelos con más de 43.200 kilos de ayuda. Su destino eran las áreas que quedaron aisladas en la costa sur luego del paso del Stan. A siete años del paso del huracán Mitch, en octubre de 1998, que dejó 20.000 muertos y más de tres millones sin casa en Centroamérica, Castillo compara la magnitud de la tragedia. "Esto es más devastador", comentó. La ayuda internacional empezó a llegar a Guatemala el jueves, pero la destrucción de carreteras ha impedido su distribución a todas las comunidades afectadas.
El ministro guatemalteco de Agricultura, Álvaro Aguilar, dijo ayer que las pérdidas en el sector agrícola, según datos preliminares, superan los 1.000 millones de quetzales (unos 107 millones de euros).
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