Guatemala registra 126 muertos y 800 desaparecidos por el ciclón Stan
Centroamérica sufre el peor desastre natural desde el huracán Mitch
El huracán Stan ha convertido a Guatemala en un país al borde del colapso. Cinco días de intensas lluvias han provocado ya 126 muertos y 800 desaparecidos. Los derrumbes y las inundaciones imposibilitan el acceso a amplias zonas afectadas. Una situación similar se vive en El Salvador, donde se han rescatado 65 cuerpos. Quince muertos en el sur de México y 11 en Nicaragua completan el siniestro balance dejado por el ciclón en Centroamérica. Los afectados superan los 100.000.
Ayer mismo, los cuerpos de socorro guatemaltecos localizaron los cadáveres de 47 personas soterradas desde el miércoles en dos poblados del municipio de Santiago Atitlán, a unos 190 kilómetros al oeste de la capital de Guatemala. Según la Coordinadora Nacional de Desastres (Conred), las víctimas eran habitantes de las comunidades indígenas de Panabaj y Panchay, ubicadas cerca del lago Atitlán, uno de los parajes turísticos más importantes del país. Las autoridades también han confirmado la desaparición de 800 personas sólo en esa región.
Los derrumbes y los puentes arrastrados por los ríos hacen impracticable el acceso a las zonas más afectadas, la costa sur y el altiplano occidental, en la frontera con México. Por el momento, 194 comunidades rurales se encuentran aisladas, sin posibilidad de recibir auxilio por vía aérea a causa del mal tiempo. El Gobierno de Guatemala ha solicitado a Estados Unidos el envío de helicópteros para el transporte de ayuda y la evacuación de población. La falta de electricidad afecta a ocho de las 22 provincias del país.
Riesgo de epidemias
Las cifras oficiales, necesariamente parciales y conservadoras, hablan de 38.086 personas que han perdido todo y reciben auxilio médico en 95 albergues habilitados para paliar la emergencia; 3.696 casas de diferentes aldeas fueron arrastradas por torrentes de agua o sepultadas por los derrumbamientos, 14 ríos están desbordados y se ignora la suerte de los habitantes de sus márgenes; 12 puentes han sido declarados impracticables y dos más han sido arrastrados por la furia de las aguas.
A todo lo anterior se suma el riesgo de epidemias. De la región llegan, a través de las antenas radiofónicas, noticias de niños y ancianos víctimas de enfermedades pulmonares o gastrointestinales, debido al colapso de las redes de distribución de agua potable o a la contaminación de las fuentes.
Así las cosas, el Ministerio de Educación ha suspendido hasta nueva orden las clases en todo el territorio nacional, mientras el Gobierno pide a la población que no intente viajar a las regiones afectadas "excepto en caso de necesidad extrema", en palabras del presidente de la República, Óscar Berger.
Entretanto, en la ciudad de Guatemala, donde en la mañana de ayer asomó tímidamente el sol, se han habilitado centros de acopio para que los ciudadanos puedan llevar alimentos, agua potable y prendas de abrigo para los damnificados. La respuesta de la población ha sido masiva.
De acuerdo a los pronósticos del tiempo, la situación provocada por la tormenta Stan tiende a remitir, aunque se espera que las lluvias se prolonguen al menos 24 horas más, ya con menor intensidad. El presidente Berger, que ayer tuvo que cancelar un recorrido aéreo para visitar las zonas afectadas, calificó la actual situación como "el mayor desastre de los últimos 10 años, sólo comparable con los daños ocasionados por el huracán Mitch, en 1998".
También el presidente de El Salvador, Elías Antonio Saca, recordó el huracán Mitch para tratar de explicar la magnitud de la actual situación. "El evento del Mitch se desarrolló en 24 horas, pero actualmente llevamos desde el domingo [1 de octubre], en un proceso de acumulación constante de agua".
El impacto de las lluvias provocadas por Stan es también devastador en el territorio salvadoreño: 65 muertos, de momento, y 53.000 damnificados en los albergues que Gobierno y alcaldías han organizado en 371 lugares.
Las tareas de rescate y socorro se desarrollan intensamente también en el sureste mexicano. En el Estado de Chiapas, quince personas han muerto y unas 150 más son dadas por desaparecidas. Los Estados de Veracruz y Oaxaca han sufrido cuantiosos daños materiales. El presidente mexicano, Vicente Fox, recorrió ayer la zona afectada. El impacto ha sido menor en Nicaragua, donde de momento se han contabilizado 11 muertos.
Jennifer, de siete años, símbolo de resistencia
Una niña de 7 años, Jennifer Torres Cerna, residente de Santa Bárbara, un pueblo rural en la periferia de San Salvador, se ha convertido en el símbolo de la resistencia de los salvadoreños frente a las adversidades soportadas durante cinco días de lluvias torrenciales que han cambiado la geografía del país y dejado casi el 80% de su territorio en situación vulnerable.
Jennifer fue sacada con vida de entre el lodo y los escombros de la que fue su vivienda, construida al pie de un paredón que "nunca pensaron que se viniera abajo".
Los socorristas de la Cruz Roja Salvadoreña (CRS) trabajaron durante cinco horas en la tarde del miércoles, en una labor desesperante. Dos hermanitos de Jennifer fueron hallados muertos.
Hoy la niña se recupera en un hospital infantil. Los padres de Jennifer tienen "el alma fragmentada" ante la alegría de la niña "que volvió a nacer" y el dolor de haber perdido a Erick Armando y a Diego Jesús, de 3 y 5 años de edad.
Como ha ocurrido en Guatamala, los efectos de las lluvias se han visto agravados por el deterioro del medio ambiente: El Salvador es la segunda nación más deforestada de Latinoamérica después de Haití. La tala de árboles y las construcciones irregulares en zonas de riesgo, como cauces fluviales o colinas, explican el elevado número de víctimas por deslaves de terreno.
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