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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Prohibido fumar

La entrada en vigor de la ley antitabaco, aprobada ayer por la Comisión de Sanidad del Congreso, prevista para el próximo 1 de enero, marcará un antes y un después en la lucha contra el tabaquismo, una adicción que le cuesta a la sociedad española 55.000 muertes prematuras anuales por cáncer de pulmón, infartos y accidentes vasculares, y enfermedades obstructivas crónicas. España sigue, si bien con mucho retraso, el camino emprendido por otros países, avalado en ellos con un importante descenso del número de fumadores y, en consecuencia, con una importante reducción de los daños que provoca no sólo a la salud de los ciudadanos, sino también a su economía.

La ley mantiene la prohibición total de fumar en los lugares de trabajo, sin que las empresas tengan que habilitar espacios para fumadores. Ésta es la parte más drástica de la nueva normativa, pero cuando entre en vigor, se verá que no es tan dramático como aparenta. En los lugares donde esta limitación ya rige -por ejemplo, la ciudad de Nueva York-, las encuestas realizadas a quienes todavía fuman indican que sobrellevan la nueva normativa sin especial dificultad, y muchos de ellos celebran incluso que, gracias a la prohibición, han reducido significativamente la cantidad de cigarrillos diarios. El PP pretendió, sin éxito, introducir una enmienda favorable a la financiación de los tratamientos para dejar de fumar.

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Más dificultades puede entrañar en el ámbito de la restauración, especialmente para los empresarios que tengan establecimientos de menos de cien metros, que habrán de decidir si quieren ser de fumadores o de no fumadores. En su caso puede ser útil observar la experiencia de los pubs irlandeses, donde una drástica ley prohibió también fumar. Al cabo de un año, el balance era, en la mayoría de los casos, muy positivo: no sólo no habían perdido clientes entre los fumadores, sino que habían recuperado a otros no fumadores que habían huido del ambiente enrarecido por el humo.

Para que la ley tenga realmente los efectos que persigue son necesarias dos cosas: que las medidas de prevención y ayuda no queden en una mera declaración de intenciones, y que las restricciones que impone se hagan cumplir y no ocurra como con la publicidad, donde la limitación legal se ha incumplido hasta ahora descaradamente. Frente al tabaquismo, máxima tolerancia y comprensión para el fumador y su libertad en el ámbito privado, pero también máximo rigor en la protección de los no fumadores en los espacios compartidos.

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