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El Parlamento iraquí da marcha atrás y ratifica la ley electoral

Un coche bomba mata a 25 personas en una mezquita chií al iniciarse el Ramadán

Ángeles Espinosa

El Parlamento iraquí volvió a modificar ayer las reglas de voto para el referéndum constitucional ante las amenazas de boicoteo de la comunidad suní y las presiones de la ONU. Pero este gesto de los grupos dominantes (chiíes y kurdos) no sirvió para acallar la violencia. Un coche bomba mató a 25 personas e hirió a otras 87 al estallar ante una mezquita chií de Hilla, 100 kilómetros al sur de Bagdad, en el momento en que iban a romper el ayuno de Ramadán.

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"La ONU está muy satisfecha por la corrección que ha realizado la Asamblea Nacional Transitoria", declaró a EL PAÍS Corina Perelli, responsable de la Oficina Electoral de Naciones Unidas y comisionada internacional en la Junta Electoral iraquí. "El propio vicepresidente de la Asamblea planteó que se hacía a petición de la ONU porque el cambio se había realizado a muy pocos días del referéndum, y porque la doble interpretación del término elector en el mismo texto resultaba injusta para una de las comunidades y no estaba de acuerdo con las prácticas internacionales", explicó Perelli por teléfono desde Bagdad.

"Se ha aprobado una resolución en la que la palabra electores significa los votantes inscritos en el registro electoral y que ejercen efectivamente ese derecho, es decir que votan en el referéndum", explicó el vicepresidente de la Cámara, Husein al Shahristani. La mayoría parlamentaria aprobó, no obstante, tres condiciones que equivalen a garantizarse el derecho de cuestionar el resultado electoral en ciertas regiones si considera que los votantes han sido intimidados.

El problema se planteó porque la ley no estipulaba si la mayoría para aprobar la Carta Magna se refería a todos los inscritos en el censo o sólo a los que ejercieran el voto. Sin embargo, las aclaraciones introducidas el domingo por diputados chiíes y kurdos hacían "prácticamente imposible" el rechazo del proyecto constitucional, según reconocieron fuentes de la ONU. Así, establecían que para aprobar el texto, electores eran los votantes efectivos, pero para la salvaguarda que impide su adopción con el voto en contra de dos tercios en al menos tres provincias, interpretaban que eran los inscritos.

Aunque esta salvaguarda fue inicialmente introducida para ganar la confianza de los kurdos, los árabes suníes cuentan con ella como último resorte para bloquear la Constitución. Para esta comunidad, que ha perdido la posición dominante que disfrutó durante el régimen de Sadam Husein, el federalismo que propone el proyecto que se votará el próximo día 15 es un primer paso hacia la partición de Irak. No en vano las regiones del centro y el oeste del país, donde son mayoritarios, carecen de los recursos petroleros de las zonas kurdas (norte) y chiíes (sur).

Precisamente ese malestar suní, sirve de sustento a buena parte de la violencia que sacude Irak. El atentado de ayer contra la mezquita Bin al Nimma, en el centro de Hilla, constituye un nuevo ejemplo del terror que se ha instalado en la vida cotidiana de los iraquíes. Como es habitual en estas fechas festivas del Ramadán, numerosos fieles se habían congregado para romper el ayuno y ofrecer juntos su plegaria cuando un coche bomba rasgó el silencio casi sepulcral que invade cualquier ciudad musulmana en esos momentos de recogimiento.

"Nos esperamos un aumento de la violencia en vísperas del referéndum", había anunciado por la mañana a la prensa el general norteamericano William Webster.

Mientras tanto, las fuerzas norteamericanas proseguían ayer su triple operación contra la insurgencia en el noroeste de Irak. Su objetivo es tomar el control de varias ciudades en manos rebeldes para que pueda llevarse a cabo el referéndum.

Detenidos como sospechosos de colaborar con la insurgencia iraquí, ayer en un cuartel policial de Bagdad.
Detenidos como sospechosos de colaborar con la insurgencia iraquí, ayer en un cuartel policial de Bagdad.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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