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Columna
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Toca Camas

IU y el PP quieren llevar a todo el Aljarafe sevillano al Parlamento de Andalucía para ser investigado. Por pedir que no quede. Tocados por el, presunto, intento de soborno a una concejala del ayuntamiento de Camas, IU y el PP acaso estén preocupados en buscar lo que sobre controles y otras responsabilidades haya fallado en sus organizaciones, para que miembros destacados de ellas se hayan visto implicados en un caso de, presunta, corrupción por todo lo alto pero, más que eso, lo que parece es que prefieren mirar hacia fuera y que el caso Camas acabe siendo el caso Aljarafe. Cuanto más bulto menos claridad y por pedir que no quede.

No siempre, o por decirlo más exactamente, casi nunca los partidos políticos se atreven a actuar con valentía ante asuntos más o menos claros de corrupción en sus filas; suelen temer más a asumir responsabilidades que a las consecuencias de escurrir el bulto. Les cuesta darse cuenta de que precisamente es lo primero, es decir la asunción de responsabilidades, lo que más valora la sociedad. En este caso tanto el PP como IU han decidido suspender de militancia, cautelarmente, a los implicados en el caso Camas. Pero puestos a trabajar en el caso para que todo quede aclarado, no se les ha ocurrido mejor cosa que pedir que todos los ayuntamientos del Aljarafe sean investigados, dice IU, que añade que no tienen inconveniente en que se empiece por el de Camas ¡solo faltaba! A la de tres, IU y el PP han pedido que se abra ¡ya! una comisión de investigación en el Parlamento de Andalucía: luz y taquígrafos, búsqueda de la verdad, tribunal político, justicia parlamentaria, plano televisivo y mediático en general, y entre tanta bulla que la gente vaya confundiendo lo que ha pasado en Camas con la rueda de prensa de cada día, para contar batallitas de la comisión de investigación y sus afanes más políticos. Es un defecto general, pero ya deberían saber los partidos políticos, a estas alturas, que la mejor defensa de sus organizaciones, el mejor alegato a favor de la importancia que tienen para que la democracia pueda ser posible, es que no jueguen a distraer, porque los ciudadanos suelen saber fijar la atención, muy bien y muy justamente, en lo que en cada caso toda. Y ahora toca Camas.

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