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Reportaje:

Magia, danza, música, mimo...

El Boulevard of Broken Dreams intenta seducir al público barcelonés con espectáculos de pequeño formato

Hace más de 20 años el músico de jazz holandés Terts Brinkhoff empezó a cuestionarse el modo en el que los artistas intentaban conectar con el público durante sus actuaciones. Después de darle vueltas, se dio cuenta de que la mejor manera de establecer un vínculo con los espectadores era recuperar el formato de las antiguas representaciones teatrales, en las que los actores seducían a los paseantes ya en la entrada de los teatros con pequeñas muestras de lo que iba a ser su espectáculo. Con esta idea, Brinkhoff fundó el festival itinerante Boulevard of Broken Dreams, cuya tercera edición abrió sus puertas el viernes en la ciudad de Barcelona, junto a las fuentes de Montjuïc.

Actores, magos, bailarines, músicos y payasos se reparten un recinto en el que se han instalado casetas y carpas bicolores como en los antiguos circos; atracciones clásicas, como un tiovivo de auténticas sillas voladoras, y un bar circular que sirve copas hasta la hora del cierre. Muchos de los que se dejaron caer la noche del viernes por este bulevar llegaban atraídos por el atractivo de las fuentes mágicas o por la sugerente oferta de años anteriores. Esta vez el recinto no es un lugar de paso, como la feria que los organizadores instalaron en la edición de 2002 en el muelle de la Barceloneta. Ya en la entrada del bulevar, el visitante encuentra imaginativos desafíos a la razón, como la propuesta de El hombre que respira por los ojos, que asegura que es capaz de sacar serpentinas por los ojos. Para comprobar si lo que dice es cierto, hay que pagar dos euros por ver su espectáculo en una caseta de reducidas dimensiones, con la garantía de que "si hay truco, no pagas", vocea el artista.

Cada compañía ofrece varios pases de su función a lo largo de la tarde. El pasado viernes a las 22.00 horas, los bailarines de Conny Janssen Danst empezaron a conquistar a los visitantes con algunos de los pasos de su obra. Cuando los espectadores entraron en la carpa de la compañía holandesa, los personajes de Manoeuvres ya estaban manos a la obra en un rutinario trabajo que fueron abandonando para entregarse a una persuasiva danza a ritmo de Neil Sedaka y Gerry & The Pacemakers, entre otros. Una de las propuestas que generaron más curiosidad fue la Discoteca Silenciosa del No Dj, un recinto al aire libre en el que se puede escuchar música disco mediante unos auriculares inalámbricos. La propuesta parece absurda vista desde fuera, pero esa percepción cambia cuando es uno mismo quien se coloca los auriculares.

Como explica Brinkhoff, entrar en el Boulevard of Broken Dreams es como pasear por un mercado, ya que uno solamente paga por aquello que le interesa. De ello puede dar fe el público que tímidamente se acercó a la carpa Casa Mondo, donde el holandés Celsius ofrece su espectáculo. El mago intentó convencer a los espectadores de las bondades de su representación en un castellano recién estrenado, pero hasta que realizó algunos juegos de manos como muestra no consiguió arrancar las primeras risas y vender sus entradas. En el interior de la carpa, un público perplejo se preguntaba "¿cómo ha podido hacer eso?" mientras las cartas aparecían y desaparecían de la forma más inverosímil.

Al acabar las actuaciones, comienza el tocadiscos viviente de Helen e Yvonne, dos cantantes que, en clave de humor, interpretan clásicos del rock and roll, pop, country e incluso ópera a petición del público. Es una de las propuestas de más éxito y hasta la una de la madrugada no deja de recibir las solicitudes de una audiencia participativa que toma la última copa en la terraza frente al pequeño escenario.

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