La Eurocámara endurece las condiciones para abrir las negociaciones con Turquía
El Parlamento Europeo exige que el Gobierno turco reconozca el genocidio armenio
El Partido Popular Europeo (PPE) asestó ayer un doble golpe a las expectativas de Turquía para iniciar sus negociaciones de adhesión como miembro de la Unión Europea el 3 de octubre. A propuesta del PPE, los parlamentarios europeos acordaron aplazar indefinidamente la normalización de las relaciones aduaneras entre Turquía y la UE. En la misma sesión y también a iniciativa de los democristianos europeos, el Parlamento aprobó una resolución que exige a Turquía "el reconocimiento del genocidio sufrido por los armenios" y "a la República de Chipre" antes de la adhesión.
A medida que se aproxima el 3 de octubre, la fecha establecida para que el Consejo de la UE apruebe el inicio de las negociaciones de Turquía con la Unión Europea, la oposición de los democristianos se expresa cada vez con más nitidez. Ayer fue en foro del Parlamento Europeo donde se explicitó con más claridad las reticencias de los distintos grupos de la derecha al inicio de las negociaciones de Los Veinticinco con Ankara.
La ratificación del protocolo, que amplía el acuerdo aduanero entre Turquía y la UE a los a 10 nuevos Estados miembros, es necesaria para su entrada en vigor. Su aplazamiento persigue presionar a Turquía para que abra sus puertos y su espacio aéreo a Chipre, país que no reconocen las autoridades del Ankara. El comisario de la Ampliación, Olli Rhen, lamentó ayer la decisión del Parlamento, que calificó "como un gol en su propia portería" ya que perjudicaba también a los demás Estados de la ampliación. El comisario insistió en que el acuerdo del Parlamento era "un aplazamiento y no un rechazo que no tendría ningún impacto en el inicio de las negociaciones" en la fecha prevista.
La firma del protocolo aduanero a los 10 nuevos miembros, incluido Chipre, fue una de las condiciones fijadas por la UE a Turquía para el inicio de las negociaciones de adhesión. Fue la fórmula diplomática ideada para que de alguna manera el Gobierno de Ankara reconociera al de Nicosia. Sin embargo, la propuesta no cumplió sus objetivos, pues cuando Turquía firmó el protocolo de ampliación aduanera el pasado 29 de julio, lo acompañó de otra declaración en la que afirmaba que el acuerdo aduanero no significaba un reconocimiento de Chipre. La declaración unilateral de Ankara enturbió las negociaciones y a su vez provocó una contradeclaración de la UE en la que subrayaba que las manifestaciones turcas sobre este punto no tenían efectos legales.
La Eurocámara aprobó otra resolución, que aunque se mostró favorable al inicio de negociaciones con Turquía el próximo lunes, endurecía las condiciones y exigencias al nuevo aspirante. Como condiciones previas a la adhesión se exigió "un reconocimiento del genocidio sufrido por los armenios en 1915" y "el reconocimiento del la República de Chipre en una fase temprana del proceso de negociación".
El presidente del PPE, Hans- Gert Poettering, impulsor de la resolución expresó su preocupación por la situación de los derechos humanos en Turquía y fue especialmente incisivo al manifestar que "de hecho todavía no existe libertad religiosa". El líder democristiano señaló que "los derechos legítimos de los cristianos han de ser reconocidos e implementados de la misma forma que los son los de los ciudadanos musulmanes".
Otra enmienda significativa de Poettering que no prosperó pero obtuvo un elevado respaldo (235 votos a favor y 291 en contra) fue la que más puso al descubierto el fondo del litigio. Es decir, plantear a Turquía una asociación distinta a la adhesión. La enmienda establecía que "debería asegurarse desde el principio el carácter abierto de las negociaciones, con posibilidades constructivas en paralelo a la adhesión íntegra". Se trataba de consagrar la vía alternativa a las negociaciones de adhesión plena como miembro de pleno derecho y ofrecer a Turquía una suerte de simple "asociación privilegiada".
Al frente de trabas y reticencias que forman los democristianos alemanes, austriacos y belgas se sumaron también los centristas franceses, que ayer manifestaron que "las negociaciones de adhesión no deben empezar el próximo 3 de octubre tal como han decidido sin más consideraciones los jefes de Estado y Gobierno".
"Una traición"
El clima de rechazo a Turquía que se reflejó ayer en el Parlamento provocó una reacción del ministro británico de Exteriores, Jack Straw, quien señaló que "sería una enorme traición si Europa daba la espalda a Turquía". Turquía recordó que la apertura de negociaciones a partir del próximo lunes constituían la más alta prioridad de la presidencia británica.
Para hoy está prevista la reunión de embajadores de Los Veinticinco para intentar un acuerdo antes de la reunión del Consejo del lunes. Aunque la opinión predominante es de que se alcanzará un acuerdo, la reticencia de Austria, ahora reforzada por las votaciones del Parlamento, sigue siendo consistente. En cualquier caso, la presidencia británica no está dispuesta a aceptar ninguna vinculación entre la apertura de negociaciones con Turquía y con las de Croacia, tal como propugna Viena.
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