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Columna
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La ceja

Elvira Lindo

El español es ese ser humano que tiende a pensar que su oponente es un auténtico imbécil. Me declaro solemnemente amante de las generalizaciones, así que no tengo reparos en afirmar que he observado que el español, dejando a un lado sus correspondientes hechos diferenciales, es ese tío/a que cuando escucha a su oponente tiene un gesto en la ceja que le delata. Esa ceja está siempre un poco levantada. Esa ceja tiene un gran componente simbólico. Es la ceja española que hace ver al oponente que no está escuchando más que tonterías. El español, dejando a un lado su identidad, su lengua, su autonomía, su acento, su Estatut, su bacalao bilbaína, sus calçots con romescu y todo ese largo etcétera, ay, de cosas que nos separan, es ese ser que tiene ideas de hormigón, poco porosas, en las que es difícil introducir un matiz ligero pero significativo. Al español no le hace falta ni leer ni escuchar porque él ya sabe lo que piensa desde que se levanta; antes aun, el español ya sabe lo que piensa antes de acostarse, él ya tiene una opinión formada sobre la noticia que aún no ha escuchado; antes aun, el español nace con las ideas bien puestas. ¡Pero qué suerte tiene el español de estar tan convencido! A mí me gustaría ser española las veinticuatro horas del día, pero a veces me falta vehemencia. Estos días de cruces de cartas y artículos entre personas que abrazan ideas diferentes sobre el futuro del país, a muchos nos hubiera gustado intervenir para pedir, siquiera, un poco de respeto. Se hubiera tratado sólo de una pequeña aclaración -pequeña pero fundamental- que rondó seguro en la mente de unos cuantos. Se trataba de decir una vez más que no todas las personas que opinamos que el nacionalismo tiende por propia naturaleza a la insolidaridad somos peligrosos derechistas, ni nostálgicos del franquismo, ni carcas, ni antiguos. Si acaso un poco aguafiestas, porque en esta España en la que los nacionalistas llevan ganando desde hace 25 años mucho más de lo que perdieron estamos aquí para recordar que nos quedamos hace tiempo sin equipo, que nadie nos quiere. Pero para qué decirlo una vez más si antes de hablar ya saben que somos tontos del culo, si escucharán nuestra protesta con la ceja levantada.

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Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

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