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Fuga de ácido clorhídrico en la factoría de Uquifa de Lliçà

El incidente no causó daños a la población de los alrededores

Una fuga de ácido clorhídrico formó ayer una nube tóxica en las inmediaciones de Lliçà de Vall (Vallès Oriental), en el polígono de la población. El escape, que no afectó a la población, emitió hasta 10 kilos gas procedente de una bombona situada en un patio del recinto de la empresa quím ica Uquifa y obligó a activar el Plan de Protección Civil. El agua lanzada por los bomberos disipó la nube tóxica.

Eran las 15.40 cuando el gas emitido por una bombona de la empresa Unión Química Farmacéutica (Uquifa) que contenía 800 kilos de ácido clorhídrico entró en contacto con el aire. El producto tóxico emanado llegó a salir del perímetro del recinto industrial, pero a las 16.30 hohras la situación ya estaba controlada.

No hubo heridos ni intoxicados, puesto que los empleados de la empresa pudieron salir por su propio pie de la fábrica y, tras el accidente, volvieron a sus puestos de trabajo. La rotura de una válvula del bidón que almacenaba el ácido provocó que la bombona dejara escapar el gas tóxico, aunque las causas finales de la fuga deberán ser aclaradas en su totalidad. Una rápida intervención de Dirección de Emergencias y Seguridad Civil de la Generalitat logró, pese a todo, evitar que la bombona no soltara a la atmósfera más que 10 kilos de ácido clorhídrico.

La cortina de agua lanzada por 12 dotaciones de los bomberos de la Generalitat disipó la nube tóxica hasta neutralizar totalmente su toxicidad. En estos casos, el Plan de Protección Civil de Cataluña prevé crear un perímetro de seguridad de al menos cuatro kilómetros alrededor de la empresa accidentada, pero ayer no fue necesario tomar esta drástica medida.

El precedente de 1996

El de ayer no es el primer problema industrial de emanaciones de gases que padece re Uquifa. En junio de 1996, en su factoría de Sant Celoni (Vallès Oriental), más de 70 personas resultaron intoxicadas al inhalar un gas tóxico producido por la rotura de un tanque con 7.000 litros de lejía que rompió una tubería que contenía varias toneladas de hipoclorito sódico. Ésta sustancia se mezcló, a su vez, con el ácido clorhídrico de un tanque vecino y originó una nube tóxica. Una mujer, Mercè Vallalta, de 74 años, murió tras avisar a la Cruz Roja de que se ahogaba.

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En noviembre de 2004, tras varios años de investigación, el Juzgado de lo Penal número 1 de Barcelona condenó a tres directivos de Uquifa a indemnizar con 128.000 euros a 63 vecinos de Sant Celoni, entre ellos a los familiares de la fallecida. El director general de la empresa, Mark Ian Robbins, fue absuelto.

La sentencia consideró que el accidente se debió a que no se "tomó medida alguna para modificar el diseño del tanque accidentado", y afirmó que los superiores jerárquicos no tomaron medidas oportunas para evitar su rotura.

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