Apuestas ambientales
Treinta entidades públicas y privadas de Navarra participan en una peculiar campaña contra el cambio climático
El consejero apostó y cumplió. José Andrés Burguete (CDN), responsable del Medio Ambiente del Gobierno navarro, se comprometió a redactar un borrador de reglamento de movilidad sostenible y lo hizo. El Ayuntamiento de Noáin también cumplió. Se apostó con el grupo scout Lycos a que conseguiría ahorrar seis millones de litros de agua en las piscinas municipales y lo consiguió. La empresa Aesol, dedicada a la energía solar, también superó su apuesta y puso en funcionamiento instalaciones fotovoltaicas que generan el equivalente al consumo eléctrico de 7.000 viviendas.
Son tres de las apuestas reconocidas este mes por el Gobierno navarro en su peculiar programa La apuesta energética, una respuesta ciudadana contra el cambio climático, impulsada a través del Centro de Recursos Ambientales de Navarra (CRAN). La apuesta es un reto para incorporar hábitos y consumos de reducción de emisiones de dióxido de carbono entre los sectores denominados difusos, aquellos no obligados a reducir sus emisiones por el Protocolo de Kioto. La movilización ha dado sus frutos y son ya treinta las entidades participantes, además de cincuenta familias que, si consiguen ahorrar un 15% de su consumo eléctrico, recibirán un reloj solar como reconocimiento a su esfuerzo.
Cincuenta familias se comprometieron a ahorrar un 15% de consumo eléctrico
El programa se realiza en colaboración con la asociación Amigos de la Tierra. Se inició en junio de 2004 con doce participantes. Su origen hay que buscarlo en Alemania, en 1998, y cuenta con el apoyo de la Unión Europea. Del sector escolar, a través del cual llegó a España, ha dado el salto con el CRAN a todos los ámbitos de la vida pública y privada de Navarra. Tras un año de desarrollo, un jurado técnico con representantes de entes públicos y privados confirmó que las doce primeras apuestas habían sido cumplidas.
Volkswagen Navarra realizó la auditoría externa de reducción de electricidad, agua y gas a la que se comprometió. Aesol colocó paneles fotovoltaicos que han sustituido a 14.000 toneladas de CO², pero además cruzó su apuesta con familias comprometidas a ahorrar un 15% de consumo eléctrico. Las cien primeras seleccionadas podrán ganar su reloj solar si lo consiguen.
En el Ayuntamiento de Lesaka apostaron a ser capaces de convencer a los vecinos para dejar el coche en casa y caminar al menos dos días la mes. Lo han hecho. Por su parte, el colegio público Los Sauces de Barañain integró los contenidos de ahorro energético entre las materias educativas y redujo el gasto de energía del centro.
Algunas apuestas aún están en marcha. La Cadena SER se ha comprometido a conseguir cien familias dispuestas a participar en un programa voluntario de reducción de consumos eléctricos. Si no lo consigue, tendrá que desarrollar una campaña de ahorro y eficiencia a través de las ondas. Los mismos objetivos de ahorro mediante auditorías guían la apuesta de BSH electrodomésticos y del Ayuntamiento de Marcilla, que si pierde deberá financiar visitas de vecinos a centros de interpretación de la naturaleza. En la sociedad deportiva Anaitasuna han instalado placas solares y contadores de luz más precisos. Carrefour está sustituyendo las bolsas de caja de un solo uso por otras reutilizables, que son repuestas al cliente sin costo alguno si se rompen. La Universidad Pública va a ahorrar energías y el Colegio de Aparejadores implantará un programa formativo en materia de bioconstrucción, ahorro y eficiencia, limitará el consumo de papel e intentará reducir el número de desplazamientos que los colegiados deben realizar a la sede. En todos los casos, si pierden la apuesta tendrán que desplegar campañas de sensibilización ambiental.
Para dar ejemplo, el propio CRAN calculó sus consumos energéticos, los equiparó a emisiones de CO² y compensó tales emisiones apoyando económicamente un proyecto de desarrollo sostenible en función del valor de los derechos de emisión, 3.000 euros entregados a la ONG Medicus Mundi.
Alsasua ha elegido su alumbrado público; Noáin, alimentar con biodiésel todos sus vehículos públicos; CC OO, reducir un 10% el uso de papel; la empresa de transportes La Pamplonesa, formar a sus conductores en técnicas de conducción económica.
Y también se han sumado asociaciones de consumidores (Irache), los agricultores de UAGN, artistas (Movimiento Bola) o el Auditorio de Barañain, que colocará temporizadores de luz en sus pasillos y pedirá a sus empleados y público que acuda andando, en bici o en autobús a sus actos y desplegará sistemas de luz de bajo consumo. Si no lo consigue, la Junta del Auditorio, de la que forman parte el alcalde Iosu Senosiáin (PSN-PSOE) y ocho concejales más, ha prometido que cantarán una jota con letra referente al ahorro energético, vestidos de charros mejicanos y montados en bici frente al Ayuntamiento de la localidad. Apostado queda.
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