Vidal-Quadras y los 'paréntesis cuadrados'
A propósito del vudú, me alivia saber que Vidal-Quadras jamás haya oído hablar de mí. Yo, sin embargo, estoy cada vez más preocupado por su sentido de la vista. Y no es por nada personal; es que se da la coincidencia de que Vidal-Quadras es vicepresidente del Parlamento Europeo. Tal actividad no me parece muy llevadera con la metafórica colocación de alfileres para satanizar a los gobernantes democráticos de Cataluña y la compulsiva fabricación de nudos que otros tendrán que desatar. Tampoco me parece compatible con la fabricación de tergiversaciones. ¿De dónde saca Vidal-Quadras ese disparate de "meter entre paréntesis cuadrados a un millar de víctimas inocentes"?
En mi columna citada del sábado día 24 se hablaba de una técnica, diseñada por un verdadero liberal, para avanzar en los diálogos políticos. Le ruego que no compita conmigo en intensidad de dolor por las víctimas. La cualidad de decencia, como la de liberal, se demuestra en la práctica. Lamento haberlo encontrado en tan baja forma de humor como para utilizar semejante argumento. España es una nación de naciones, señor Vidal-Quadras, se lo dice un internacionalista. Si no se fía de mí, pregúnteselo a Cervantes. La propia Constitución, si se quiere, con el reconocimiento de nacionalidades y regiones, alberga esa diversidad. Y lástima que nunca se haya subido a una bicicleta de bicicletas, aunque en el mapa podrá encontrar algún famoso Estado de estados. A partir de Bauhaus, puedo imaginarme una silla de sillas, pero usted podrá confirmarme si existe la poltrona de poltronas.
En todo caso, como escribió el señor de Montaigne, "en el más alto de los tronos del mundo seguimos sentados sobre nuestro propio trasero".
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