La cúpula del Likud ratifica a Sharon como líder del partido

Ariel Sharon, a sus 77 años, continuará siendo el gran líder de la derecha en Israel. Así lo decidió ayer el Comité Central del partido nacionalista Likud en unas reñidas votaciones internas, en las que el sector radical encabezado por Benjamín Netanyahu trató de arrebatarle el puesto. Aunque Sharon triunfó por solo 104 votos, la victoria es suficiente para que continue al frente del Gobierno de Israel y aspire a presentarse a la reelección dentro de un año.

Los miembros del Comité Central del Likud acordaron ayer por un estrecho margen de votos rechazar las propuestas y maniobras de Benjamín Netanyahu, que junto con un sector radical del partido, resentido por la retirada y el desmantelamiento de los asentamientos de Gaza, trató de provocar la destitución del primer ministro Ariel Sharon, arrojándole de la dirección del partido y obligándole a convocar en poco menos de dos meses unas elecciones primarias, que según todos los sondeos previos no le iban a resultar favorables.

Según los resultados oficiales del escrutinio votaron 2.762 compromisarios, alrededor del 91% de un cuerpo electoral compuestos por 3.050 miembros. Hubo 1.433 votos en contra de la propuesta de los sectores involucionistas y a favor de mantener el liderazgo de Sharon. La propuesta de Netanyahau obtuvo 1.329 votos, 104 menos, un margen estrecho pero suficiente para recortarle durante un tiempo sus ambiciones políticas.

La decisión de la cúpula del Likud permite a Sharon continuar al frente del Gobierno y que las primarias del partido se celebren en un momento políticamente propicio, es decir en la primavera de 2006, seis meses antes de la fecha prevista para las elecciones generales. Sharon opina que entonces se habrán ya enfriado los enfrentamientos y resentimientos provocados por la retirada militar y el desmantelamiento de los asentamientos de Gaza y él volverá a ser elegido candidato a primer ministro y volverá a gobernar como gran líder de la derecha en Israel.

El futuro político de Sharon se decidió en medio de una gran tensión, mientras los barones de la formación se intercambiaban múltiples acusaciones, sobre todo las de haber boicoteado y manipulado el sistema de megafonía del Palacio de Congresos de Tel Aviv, que habían impedido que durante la sesión de apertura de la cumbre del Likud el primer ministro pudiera pronunciar su discurso y se viera obligado a regresar a casa sin dirigir la palabra a los comisionados.

La tensión creada en Tel Aviv en torno a esta votación colocó en un segundo plano el fragor de una contienda que enfrenta por tercer día consecutivo a israelíes y palestinos en la franja de Gaza. Los aviones de combate y los helicópteros efectuaron durante toda la jornada numerosas incursiones aéreas sobre las zonas palestinas mientras que la infantería en Cisjordania procedía a nuevas redadas masivas de militantes radicales. En las últimas 72 horas se han efectuado más de una veintena de incursiones aéreas y han sido detenidos más de 300 militantes radicales.

Hamás, que la noche anterior había anunciado oficialmente un cese de hostilidades, continuó ayer lanzando misiles artesanales sobre las posiciones israelíes al otro lado de la frontera de Gaza. La actitud beligerante y cerril de esta fuerza fundamentalista se veía apoyada por Yihad Islámica, que ha jurado vengar la muerte de su jefe militar Mohamed Jalil, en un ataque con misiles en las calles de Gaza.

El presidente egipcio Hosni Mubarak, a requerimiento del presidente palestino Mahmud Abbas y del presidente de EE UU George Bush, lanzó ayer una seria advertencia a la dirección de Hamás en el exilio y a su máximo responsable político Jaled Mechal.