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Reportaje:

Contratos turbios después de la tormenta

Las adjudicaciones para reparar los daños de los huracanes despiertan sospechas de fraude, despilfarro y favoritismo

Yolanda Monge

Casi cuatro semanas después de que el huracán Katrina devastase la costa del Golfo, han comenzado a surgir dudas sobre la adjudicación de ciertos contratos para la reconstrucción, según informaba ayer el diario The New York Times. Funcionarios de la Administración de George W. Bush revelaron al diario que las agencias estadounidenses están en riesgo de sufrir despilfarro, fraude y favoritismo político. Ayer compareció Bush para informar de que -por segunda vez en menos de tres semanas- abrirá la Reserva Estratégica de Petróleo.

Encabezando la lista de adjudicaciones del Gobierno federal para paliar los efectos del Katrina está un contrato de 568 millones de dólares para limpiar escombros, otorgado a una compañía de Florida que tiene lazos con el gobernador republicano de Misisipi, Haley Barbour, según el periódico de Nueva York. Casi al final de esa misma lista, existe un pago de 89,95 dólares por un par de zapatos de tacón marrones comprados por una trabajadora de la Agencia de Protección Medioambiental en Baton Rouge (Luisiana).

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La primera lista detallada de los compromisos adquiridos por las agencias federales tras el Katrina pone de manifiesto que más de 15 contratos exceden los 100 millones de dólares, incluyendo cinco de 500 millones o por encima de esta cantidad. Muchos de esos contratos son para la recogida de árboles, limpieza de escombros o retirada de coches de las calles inundadas. Otros tienen que ver con la adquisición de caravanas, camiones, autobuses, barcos o aviones.

Más del 80% de los 1.500 millones en contratos firmados por la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, en sus siglas en inglés) fueron adjudicados sin salir a concurso o con limitada competencia, según muestran informes gubernamentales a los que ha tenido acceso The New York Times. Este hecho ha levantado preocupación sobre el posible potencial de favoritismo o abuso.

En opinión de Richard L. Skinner, inspector general del Departamento de Seguridad Nacional, "cuando se hace algo de esta magnitud se incrementa la vulnerabilidad al fraude, al despilfarro, al abuso y a la mala gestión". Skinner, quien no aportó pruebas, confirmó, sin embargo, que existían acuerdos que parecían haberse cerrado con un simple apretón de manos, sin ninguna documentación que los respaldase.

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Algunos cargos de la Administración han cuestionado el alto coste de los trabajos de desescombro, asegurando que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército aprobó una tarifa más alta de lo normal. Investigadores del Congreso están mirando con lupa la adjudicación de 568 millones a AshBritt, compañía basada en Pompano Beach (Florida) y que fue cliente de un antiguo grupo de presión perteneciente a Haley Barbour, gobernador republicano de Misisipi.

Los contratos muestran también considerables disparidades. Las caravanas tienen un coste de entre 15.000 y 23.000 dólares, los servicios de inspección de hogares entre 15 y 81 por casa y los transbordadores y barcos usados como cobijo temporal para los evacuados cuestan entre 13 y 70 millones de dólares por seis meses.

En este contexto, nadando en un mar de críticas, el presidente Bush regresó el domingo a Washington tras su reunión de emergencia en Colorado y Tejas. Ayer compareció en el Departamento de Energía para afirmar que está "dispuesto" a usar la Reserva Estratégica de Petróleo del país para paliar los efectos que dejó el paso de los huracanes Katrina y Rita en el golfo de México.

Aunque no sólo se trata de un problema de cantidad de crudo, sino de capacidad de refino. Bush ya liberó, tras el azote del Katrina, 30 millones de barriles de crudo, pero sólo ha podido poner a trabajar 11 debido a la falta de plantas refinadoras. Bush indicó que los problemas actuales ponen de manifiesto la dependencia de la capacidad de refinado en el golfo de México, donde se concentran las mayores empresas del sector. "Necesitamos aumentar nuestra capacidad de refinado y voy a trabajar con el Congreso para ampliar esa capacidad de la manera más rápida", indicó el presidente.

Bush reconoció ayer que los daños causados por los huracanes en las plataformas de extracción y en las refinerías de la región del Golfo "afectarán al suministro" de combustible. "Mucha de nuestra producción viene del Golfo, y cuando se tiene el huracán Katrina y le sigue el huracán Rita es natural, desafortunadamente, que vaya a afectar el suministro", explicó el presidente.

Bush aprovechó también para lanzar un llamamiento a favor de la energía nuclear. El paso de los huracanes, explicó, pone de manifiesto la gran dependencia del petróleo y el gas como fuentes de energía. "Por eso creo en la importancia de la energía nuclear" como alternativa, explicó.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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