La explosión de un vehículo mata a 19 palestinos en un desfile de Hamás en Gaza
Israel niega toda vinculación y los islamistas acusan al Ejército de lanzar varios misiles
Al menos 19 palestinos resultaron muertos ayer y un centenar heridos de diversa consideración tras la explosión de un vehículo paramilitar, al parecer cargado de explosivos. La deflagración se produjo durante un desfile de las milicias del movimiento radical Hamás, en el norte de Gaza. Aunque la organización fundamentalista acusó de inmediato al Ejército israelí de haber provocado la explosión del vehículo, sobre el que podría haber lanzado misiles teledirigidos, portavoces del Ministerio de Defensa en Tel Aviv aseguraron que nada tenían que ver con el ataque.
El campo de refugiados de Yabalia, bastión de las fuerzas islamistas palestinas de Hamás y Yihad Islámica, y donde viven más de 150.000 desplazados, se vio sacudido en la tarde de ayer por una enorme explosión provocada por el estallido de un todoterreno. Este vehículo, cargado de misiles de fabricación artesanal (los que lanzan con frecuencia sobre territorio israelí), y flanqueado por banderas verdes (el color de las organizaciones islamistas), participaba en una parada militar organizada por Hamás para celebrar el fin de la ocupación israelí de Gaza, que ha durado 39 años.
La explosión provocó la muerte instantánea de al menos cinco militantes integristas, los que viajaban en el interior del vehículo. Entre ellos se encontraba Ahmed Randur, uno de los máximos responsables del ejército de Hamás. Pero el impacto de la metralla y los restos del coche proyectados contra la multitud alcanzaron a numerosos vecinos, entre ellos decenas de niños que perseguían el coche a la carrera y al que trataban de subirse para trasladarse a una explanada cercana donde un importante dirigente de Hamás iba a pronunciar un discurso.
Sami Abu Zuhri, uno de los portavoces oficiales de Hamás, que se encontraba en el lugar del atentado, acusó directamente a Israel de haber provocado la tragedia. Aseguró que él personalmente había podido ver cómo un avión de reconocimiento no pilotado, que llevaba minutos sobrevolando la zona, había lanzado varios misiles sobre el vehículo todoterreno, provocando la explosión. Imágenes de un avión sobrevolando Jabalia, momentos antes de la explosión, fueron difundidas asimismo por la cadena de televisión por satélite qatarí Al Yazira.
"Israel pagará un precio muy alto por este crimen. Estamos convencidos de que la explosión no es un suceso interno, sino que se debió a un nuevo episodio de asesinato selectivo llevado a cabo por el Ejército israelí", insistió el portavoz de Hamás, tratando así de desmentir las versiones oficiales del Ministerio de Defensa de Israel, que afirmaron ayer por la tarde no tener nada que ver con el atentado e insinuaban la posibilidad de que la explosión se había producido por el estallido casual del armamento.
El Ministerio del Interior palestino, sin descartar la tesis israelí, afirmó que se estaban investigando las razones de la explosión.
Parece que la tragedia de Jabalia no ha sido un suceso aislado y casual, sino que forma parte de una serie de incidentes encadenados que se habían iniciado en la madrugada anterior en las cercanías de la ciudad palestina de Tulkarem, al norte de Cisjordania, donde el Ejército israelí había mantenido un enfrentamiento con un grupo de militantes radicales. Este primer enfrentamiento se saldó con la muerte de tres dirigentes locales de Yihad Islámica, que fueron abatidos en el transcurso de una larga operación bélica en la que participaron al menos 25 helicópteros y numerosos vehículos militares israelíes.
Misiles contra Sderot
Las milicias radicales de la franja de Gaza, como respuesta a aquel enfrentamiento en Cisjordania y en venganza por la muerte de los tres jefes de Yihad, lanzó a primera hora de la mañana una oleada de misiles artesanales Kassam sobre la población israelí de Sderot, al otro lado de la frontera, a pocos kilómetros en línea recta del campo de refugiados de Yabalia. Aunque el ataque de los misiles palestinos no provocó ningún daño material, reabrió las heridas y los temores de la población israelí, reactivando, al parecer, las amenazas del ministro de Defensa, Saúl Mofaz, que aseguró tras la retirada de Gaza que habría "tolerancia cero" a los ataques terroristas.
La dirección de Hamás, al anunciar ayer duras represalias contra los israelíes, daba por roto un pacto firmado horas antes con el presidente Mahmud Abbas por el que, con las otras fuerzas radicales, se comprometía a partir de hoy a acabar con las demostraciones de fuerza y los desfiles militares para dar paso al debate político y a la reconstrucción de la franja de Gaza con la ayuda internacional.
El pacto entre Hamás y la Autoridad Nacional Palestina suponía un giro importante en la trayectoria de la fuerza integrista, que parecía dispuesta a participar en el proceso democrático y concurrir en las elecciones legislativas previstas para el próximo mes de enero, dejando en un segundo plano la lucha armada. El pacto Hamás-Abbas estaba siendo observado con escepticismo por Israel, que viene reclamando la erradicación de los integristas y que se les impida participar en el proceso parlamentario y democrático.
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