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Reportaje:PLAN DE BARRIOS | La Marca de l'Ham, en Figueres

Solucionar la dejadez

En los últimos 40 años, las viviendas de La Marca de l'Ham, en Figueres, no han recibido ningún tipo de mantenimiento

El barrio de La Marca de l'Ham requiere una revisión a fondo. La zona se edificó en la década de 1960 en unos terrenos del término municipal de Vilatenim que pasaron a ser propiedad de la vecina Figueres en 1975. En su momento, permitió acceder a una vivienda a numerosos inmigrantes. La ilusión con que éstos adquirieron sus pisos es semejante a la de sus actuales habitantes, pero la fotografía del barrio de 2005 dista mucho de parecerse a la que encontraron sus primeros ocupantes. El inexorable paso del tiempo ha hecho mella. "La red eléctrica y las de agua potable y residual no se han tocado. En dos ocasiones se nos han inundado algunas calles porque las alcantarillas no son capaces de absorber la lluvia", explica la presidenta de la asociación de vecinos, Isabel Notario.

El deterioro de las calles ha provocado la dejadez en el mantenimiento de los pisos. En la calle de Acuario, donde se levantaron las primeras casas, viejos balcones agrietados rebosan de neveras, colchones que desaparecen por la noche, bicicletas, ruedas de coche y mantas en lugar de toldos. "La mayoría de sus habitantes son africanos y suramericanos que cogen estos trastos de los contenedores", precisa Notario. Las antenas parabólicas inundan las fachadas de los inmuebles, la mayoría sin ascensor, y los servicios básicos de los bloques reclaman una puesta a punto.

El proyecto de intervención integral, que supondrá una inversión de 5,4 millones de euros que financiarán a partes iguales el Ayuntamiento y la Generalitat, pondrá fin a este deterioro. Se sustituirán las redes de agua, se instalará la del gas y se ampliarán las aceras. "La dignificación del entorno impulsará a los vecinos a embellecer sus casas. Aumentarán las subvenciones para poner antenas parabólicas comunitarias, pintar las fachadas e instalar ascensores", explica el alcalde de Figueres, Joan Armangué.

El precio de las viviendas, las más económicas de la ciudad, ha sido un reclamo para los inmigrantes extracomunitarios. El 40% de los 2.000 vecinos de la zona son recién llegados de países como Marruecos, Argentina o Senegal. El Ayuntamiento quiere lograr una mejor distribución de los nuevos ciudadanos para favorecer su integración. Por eso, el proyecto se reforzará con dos planes parciales. "Esperamos que las nuevas viviendas sean un reclamo para los jóvenes de la ciudad y reduzcan a la mitad el impacto que tiene actualmente la población inmigrante en la zona", añade el alcalde de Figueres.

Pese al entorno, prevalece la buena convivencia entre los vecinos y el dinamismo del barrio. "Se han abierto establecimientos regentados por magrebíes, como carnicerías y cafeterías. Los musulmanes, además, disponen de un local donde ejercer su religión", señala la presidenta de la asociación de vecinos.

Pero la cultura de los nuevos ciudadanos relega a la mujer a un segundo plano. Varios programas de la Administración pretenden hacer coexistir la tradición islámica con la dignidad de la mujer. "Mejorar el nivel formativo de éstas es una de las principales acciones que prevé el proyecto", aclara el alcalde. "También se dará paso a las nuevas tecnologías y se instalará una red sin hilos que permitirá el acceso a Internet", añade.

Alcalá la Real, el corazón del barrio, es un nombre grande para una plaza pequeña. Al final del día hombres que peinan canas se reúnen para conversar, mientras los pequeños compiten por subir a unos antiguos columpios bajo la mirada de sus madres. "Se rejuvenecerá la imagen de los parques, se abrirá una nueva calle y se creará un pulmón verde. Además, se ampliará el centro cívico y se cubrirá la pista deportiva polivalente", explica el alcalde.

El Ayuntamiento es clave para establecer la sinergia entre los vecinos, el mantenimiento de las vías públicas y las viviendas. "Deseamos que la pasividad de la Administración local no vuelva a prevalecer y que el plan no se quede en un mero espejismo", advierte la presidenta de la asociación de vecinos.

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