El huracán Rita fuerza a Luisiana a declarar el estado de emergencia

El Estado de Luisiana ha declarado la situación de emergencia ante el avance del huracán Rita, que se adentró ayer en el golfo de México tras su paso por el sur de Florida, y que se prevé que para hoy pase de la categoría 2 a la 4 en la escala Saffir-Simpson. "Rezamos para que no se trate de otra tormenta devastadora", dijo el presidente Bush. La amenaza del temporal también obligó al alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, a suspender la operación de retorno a la ciudad.

"El sistema de diques está todavía muy debilitado", dijo Nagin. "Cualquier tormenta representa un enorme peligro para la ciudad". Nagin ha decidido esta vez no correr riesgos. Su plan de retorno a Nueva Orleans había sido criticado abiertamente por el máximo responsable de las operaciones de rescate, el vicealmirante Thad Allen, y por el propio presidente George W. Bush, que lo consideraban demasiado precipitado. Bush, que ayer realizó su quinta visita a la zona, declaró que compartía el deseo del alcalde de reconstruir cuanto antes la ciudad, pero hizo hincapié en la necesidad de ser "realista" ante los obstáculos que afronta la repoblación de Nueva Orleans. "Hay que ser cautos a la hora de animar a la gente a regresar en estos momentos", dijo. Bush añadió que la prioridad ahora es seguir "muy de cerca" el rumbo del huracán Rita.

Por segunda vez en menos de un mes, la gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, pidió a los residentes en el litoral que se preparen para una evacuación. El Ayuntamiento de Nueva Orleans contrató 200 autobuses para sacar de la ciudad a quienes no puedan hacerlo en coche particular, y también ha sido suspendido el retorno de los residentes de la cercana St. Bernard, una de las zonas más dañadas por el Katrina.

Aunque la mayoría de los meteorólogos cree que el Rita tocará tierra a finales de esta semana en la costa de Tejas, donde se han refugiado muchas víctimas del Katrina, no se descarta que golpee el sur de Luisiana. La tormenta tropical se convirtió ayer en huracán y se adentró con vientos de gran fuerza en el golfo de México. Los 80.000 residentes en los cayos de Florida recibieron la orden de evacuación, pero muchos optaron por permanecer en sus casas. Para hoy, los meteorólogos prevén que el huracán pase de categoría 2 a 4 (vientos de entre 210 y 249 kilómetros por hora) en la escala Saffir-Simpson, y no descartan que puede elevarse a 5, la máxima con vientos de más de 249 kilómetros, para el viernes, cuando llegue a Tejas.

La cifra de muertos como consecuencia del Katrina alcanzó el lunes los 970 en los Estados de Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida, donde más de 600.000 hogares siguen sin luz eléctrica. Cientos de miles de personas continúan refugiadas en albergues, casas particulares y hoteles por todo el país, y la autopista principal de la costa del golfo, la Interestatal 10, permanece cortada en varios tramos.

El alcalde de Nueva Orleans había puesto en marcha un plan para que una tercera parte de los 500.000 habitantes de la ciudad regresaran a sus casas gradualmente, distrito a distrito, en las próximas semanas. Su enfrentamiento con Allen echa chispas desde hace días. Tras definir al vicealmirante de la Guardia Costera como "un buen hombre", el alcalde subrayó: "Nueva Orleans sólo tiene un alcalde, y ése soy yo". Allen había advertido durante el fin de semana de que sin luz, agua corriente ni hospitales era muy precipitado autorizar el regreso de los ciudadanos. También desveló que la ciudad no tenía un plan de evacuación ante la llegada de otra tormenta.

"Estamos muy preocupados", señala Tomas Winn, propietario de una tienda de fotografía en uno de los barrios de Nueva Orleans que siguen inundados. "El nuevo huracán va a retrasar aún más nuestra vuelta a casa y podría causar aún más daños a nuestras propiedades". Winn y su esposa, Betty, una cantante de música gospel recién llegada de una gira por España, perdieron su casa y su negocio. Están refugiados en un hotel de Baton Rouge, capital de Luisiana, mientras se pelean con la compañía de seguros para recibir una indemnización.

En Cuba, las autoridades adoptaron numerosas medidas preventivas y procedieron a la evacuación temprana de más de 60.000 personas de zonas bajas en las provincias occidentales y centrales del país, informa Mauricio Vicent. Miles de turistas fueron desplazados de Varadero y de Cayo Coco hacia lugares seguros, y se habilitaron cerca de 700 albergues y otros tantos centros de elaboración de alimentos para atender a la población desplazada.

Todos los vuelos nacionales fueron cancelados, y los órganos de la Defensa Civil declararon por la tarde la fase de alarma ciclónica -la más grave de todas- en La Habana, provincia Habana y Matanzas. En la capital cubana, las lluvias fueron intensas y se registraron vientos de más de 70 kilómetros por hora. Las clases fueron suspendidas en todos los centros docentes y se pidió a la población no salir de casa y mantenerse permanentemente informada por radio y televisión.