"Este nuevo curso se presenta con muchas incertidumbres"
Incertidumbres y demoras de aspectos relevantes -reforma de la LOU, catálogo de títulos, Agencia Vasca de Calidad, Plan Universitario,...- oscurecen el inicio del curso académico, según opina el rector de la UPV, Juan Ignacio Pérez (Salamanca, 1960). El rector confía en mantener con el nuevo consejero de Educación, Tontxu Campos, una relación de confianza y colaboración, aunque surjan diferencias. "Es inevitable, hasta sano, que haya tensión entre el Gobierno y la universidad", dice.
Pregunta. ¿Cómo encara el curso que comienza?
Respuesta. Más o menos con la actitud de siempre. Lo que ocurre es que el año pasado decíamos que iba a ser un año de cambios y finalmente no hubo tantos. Tengo una sensación de déjà vu, de que estoy como hace un año.
"Estamos condenados a que mientras siga el problema de los alumnos presos nos seguirán utilizando como chivo expiatorio"
"Bilbao es la ciudad con más estudiantes de la UPV y, sin embargo, no lo parece. No se ven por ninguna parte"
P. Esa impresión no debe de ser muy positiva.
R. Desde ese punto de vista no, porque a mí me gustaría que las cosas hubieran quedado un poco más despejadas. Es un curso que se presenta con muchas incertidumbres. Hay una ventaja enorme, eso sí: no tenemos déficit y tenemos presupuesto, lo que nos da mucha seguridad.
P. ¿Cree que la Agencia Vasca de Acreditación podrá estar en marcha este curso?
R. El año pasado pensaba que iba a estar ya en marcha. Este año creo que, salvo catástrofe, debería estar.
P. ¿Ese retraso no perjudica a la universidad?
R. Perjudica mucho porque, entre otras cosas, no podemos dejar encaminado el asunto de los complementos mientras no se puedan realizar las evaluaciones. Todos los retrasos perjudican a la universidad, el de la reforma de la LOU, etcétera.
P. ¿Qué espera del nuevo consejero?
R. Espero que mantengamos una relación de confianza y de colaboración. Todos los datos que tengo me invitan a pensar así. Luego, si hay lealtad institucional no tiene por qué haber mayor problema. No obstante, siempre digo que va a haber tensiones entre Gobierno y universidad, eso es inevitable y hasta sano.
P. Ha hecho pública la intención de crear un campus en Bilbao con Sarriko e Ingenieros como referencia. ¿Ve factible que sea algo más que un proyecto?
R. Sí, es factible. Es un poquito más que una reflexión. Es un propósito, que luego se puede materializar o no. Lo que sucede en Bilbao es que es el campus más grande de la UPV, es la ciudad con más estudiantes de la UPV y, sin embargo, no lo parece. No se ven por ninguna parte.
P. ¿Existe ya algún tipo de compromiso?
R. No, compromiso no hay ninguno, porque estamos hablando en algunos casos de suelo que tiene usos alternativos. Hay que aclarar los usos y la disposición de las instituciones a dejar ese suelo y en qué condiciones. En cualquier caso, creo que los proyectos que presentamos son viables. Si el Ayuntamiento y la Diputación tienen claro que la universidad debe tener unos espacios definidos, debe ser viable.
P. ¿Si se concreta, no podría quedar Leioa desasistida?
R. No, qué va. De hecho, probablemente habría más alumnos en Leioa, porque queremos traer Magisterio aquí y tiene muchos estudiantes.
P. ¿Esa transformación podría incluir también Medicina?
R. Podría, sí, porque también se estudia la posibilidad de que Medicina encuentre acomodo en unos terrenos anexos al hospital de Basurto, pero esto es una actuación diferente.
P. La idea de reforzar la presencia de la UPV en Bilbao siempre ha estado presente, pero nunca se ha materializado. ¿Por qué?
R. Quizá a que no se ha encontrado la oportunidad. Ahora la tenemos, y por dos razones: la Feria de Blbao deja unos espacios impresionantes y Bilbao, hasta ahora, ha tenido otras prioridades urbanísticas, pero ahora aflora la posibilidad de Bilbao ciudad universitaria.
P. Un año más, la polémica por los alumnos presos de ETA ha vuelto a saltar a los medios de comunicación. Usted ya ha declarado que le consta que un alto porcentaje de los datos difundidos es incorrecto. Del resto, ha asegurado que no lo puede decir. ¿Ha abierto una investigación interna para comprobar la veracidad o no del 100%?
R. No. ¿Por qué iba a hacer una investigación?
P. Si se tiene en cuenta el deterioro de imagen de la UPV...
R. Sería inútil y requeriría una movilización de recursos impresionante. El año pasado realizamos un estudio estadístico sobre alumnos presos y la repercusión en los medios fue ridícula. Estamos condenados a que mientras siga un problema de esta naturaleza, nos seguirán utilizando como chivo expiatorio. Esto es así de claro y así de fuerte. Otra cosa es que yo no descarto irregularidades, pero no las descarto yo ni las descarta ningún rector de cualquier universidad en su sano juicio. Además, se puede decir cualquier barbaridad y sale gratis decirlo. Nadie puede certificar que no haya estas irregularidades.
P. ¿La UPV tiene entonces las manos atadas?
R. No es que las tengamos atadas, pero hemos hecho lo que se podía hacer. El problema es que se haga lo que se haga es inútil. Lo que se está haciendo con esta universidad en este campo es una locura. Me temo que mientras el asunto de la política penitenciaria sea motivo de agrio debate político, estaremos en el ojo del huracán.
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