Un sistema con sorpresas
Las elecciones alemanas no han terminado. Faltan 219.000 votantes de Dresde, que acudirán el 2 de octubre a las urnas sabiendo lo ocurrido en el resto del país. Dresde, capital del Estado federado de Sajonia, es el único distrito en el que se pospuso la votación en dos semanas tras el fallecimiento de una candidata. Está en juego un escaño por votación directa. Aunque la diferencia nacional entre democristianos y socialdemócratas es de tres diputados (225-222), el complejo sistema electoral alemán permite sorpresas y nada estará cerrado hasta la última papeleta.
Este sistema es una combinación entre el mayoritario (Reino Unido) y el proporcional (España, entre otros). Los escaños del Bundestag (Cámara baja) se distribuyen a partes iguales siguiendo las reglas de ambos sistemas. 299 se eligen en otras tantas circunscripciones en las que se divide el país (en cada una vence el más votado) y el resto, cuyo número varía en función de los escaños restantes, se reparten según el proporcional.
Los electores tienen dos votos, uno individual, llamado primer voto, el de las circunscripciones, y otro a una lista cerrada presentada por cada formación política en el Land, llamado segundo voto.
Primero se escrutan los directos y después se complementa el total en cada Land con las diferentes listas según un sistema proporcional con las correcciones de Hare-Niemeyer. El resultado final responde a los votos recibidos por cada partido: 30% de votos igual a 30% de escaños. Pero puede suceder que una formación obtenga en el primer voto, el mayoritario, un número de escaños superior al que le correspondería según el porcentaje logrado en el segundo voto. Ha sucedido en Brandemburgo, donde el SPD ganó ocho circunscripciones, un resultado muy por encima a su porcentaje en el segundo sistema. En ese caso, el partido en cuestión mantiene lo logrado en el primer voto, pero queda descartado en el reparto de los asientos proporcionales. Son los llamados escaños restantes o complementarios que pueden modificar el número total del Bundestag. En la última legislatura eran 603 en vez de 598 teóricos.
La CDU de Angela Merkel ha obtenido en Sajonia un 30,4% de los votos frente al 24,3% del SPD de Gerhard Schröder, una diferencia de casi seis puntos. Los analistas estiman que sólo un desplazamiento masivo en favor del SPD en Dresde tendría repercusión nacional. El SPD necesita conseguir el 90% de esos votos para empatar en el recuento federal, ahora favorable por tres escaños a la CDU.
Suceda lo que suceda, Dresde es el laboratorio de la interpretación de los resultados del domingo por parte de los electores y no de los analistas. Ha comenzado pues una nueva e intensa campaña.
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