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Reportaje:CITA EN NUEVA YORK

La gran subasta de Clinton

El ex presidente se vuelca en una cumbre internacional de proyectos de cooperación

"150.000 dólares a la una... a las dos... ¡y a las tres! ¡Adjudicado!". Bajo los focos y entre aplausos, Bill Clinton acabó así otra intensa jornada, la del viernes, subastando un cuadro del cantante Tony Bennett -que, a sus 79 años, aún fue capaz de poner en pie a 1.000 personas con sus temas clásicos- dedicado a la tragedia del Katrina. De 10.000 en 10.000 dólares, el ex presidente saltó de las ofertas de un antiguo compañero de dormitorio universitario a las de empresarios y personalidades que llenaban un gran salón del hotel de Nueva York en el que se celebró, entre el jueves y el sábado, la Iniciativa Global Clinton, una espectacular reunión de poderosos y famosos atraídos por el imán del ex presidente y dedicados durante tres días a debatir sobre pobreza, religión, clima y gobernabilidad y a comprometerse en inversiones y acciones relacionadas con esas cuatro áreas.

En su búsqueda de la eficacia a través del espectáculo, a Clinton sólo le faltó tocar el saxo
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Incansable en su búsqueda de la eficacia a través del espectáculo, presente en todos los escenarios de este encuentro múltiple -sólo le faltó tocar el saxo-, idolatrado hasta rozar el culto a la personalidad, abrazado por Mick Jagger y por Barbra Streisand, Clinton demostró de nuevo que es feliz con un micrófono en la mano, que es un maestro agitando ideas y que tiene una capacidad como nadie para convocar a líderes y poner a trabajar el dinero de los que lo tienen en proyectos para los que no lo tienen. Gran facilitador de encuentros, bajo el manto de Clinton, Víktor Yuschenko pudo conocer a un empresario canadiense que quiere invertir en Ucrania; el presidente colombiano, Álvaro Uribe, habló de la pacificación de Colombia o los responsables de Exteriores de Israel y Palestina; Simon Peres y Nasser Al Kidwa, discutieron con James Wolfensohn, ex presidente del Banco Mundial, las repercusiones económicas del desalojo de Gaza.

En cada grupo de debates, los asistentes, en mesas redondas, se conocieron, valoraron las ideas expuestas por los participantes y se concertaron para unir fuerzas en los proyectos. En varias ocasiones Clinton destacó los compromisos que se formalizaban: City Year patrocina el envío de voluntarios a Luisiana; María Otero, presidenta de Acción, extiende la red de microcréditos en Latinoamérica; Coca-Cola costea proyectos de energías renovables; el Centro de Religión y Diplomacia anuncia un plan para reformar las madrasas de Pakistán; Starbucks se compromete a intensificar su relación económica y medioambiental con las comunidades cafeteras... Cientos de certificados firmados por Clinton y cuyo cumplimiento se revisará dentro de un año llenan una pared.

Antes de la cena y del colofón del mini recital de Tony Bennett y la subasta, Clinton dirigió un debate que le produjo una satisfacción muy particular: "¡Qué gran ocasión, después de 30 años de política activa, para ser yo el que hace las preguntas a los dueños de los medios de comunicación!". Sus interlocutores fueron Rupert Murdoch, presidente de News Corporation; Richard Parsons, presidente de Time Warner, y Howard Stringer, número uno de Sony. Los tres hablaron de la cobertura del Katrina, de la censura en China, de Internet, de la crisis de los telediarios en su formato habitual y de las inversiones internacionales en medios de comunicación. El agresivo Murdoch, dueño de la Fox, tiró con bala siempre que pudo; respondió a la afirmación de Parsons -"la CNN es la empresa con más presencia en todo el mundo"- diciendo: "Yo creo que él no ve la CNN, creo que nadie ve CNN". No se limitó a eso; Murdoch, que controla también Sky News, reveló que Tony Blair le dijo en una conversación privada que estaba "escandalizado por la cobertura llena de odio hacia EE UU que la BBC había hecho del huracán Katrina".

Bill Clinton saluda al viceprimer ministro de Israel, Simon Peres.
Bill Clinton saluda al viceprimer ministro de Israel, Simon Peres.REUTERS

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