EE UU pide a la ONU que actúe contra los planes nucleares de Irán
Ahmadineyad asegura que sus ideas religiosas le "prohíben" dotarse de armas atómicas
El fin de los festejos del 60º aniversario de la ONU dio paso ayer a la apertura de la Asamblea General, que se desarrollará a lo largo de los próximos días. La ambición nuclear de Irán concentró parte del interés en este arranque de la sesión. La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, pidió al Consejo de Seguridad que actúe contra los planes nucleares de Teherán. Mientras, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, insistió en la determinación de su país de seguir adelante con su programa atómico.
En su intervención, Condoleezza Rice, abogó por un Consejo de Seguridad efectivo y en condiciones de lidiar con "amenazas reales" como la que plantea ahora Irán con sus ambiciones nucleares, "que amenazan la eficacia del régimen de no proliferación". "Cuando la diplomacia se agota, el Consejo de Seguridad debe intervenir", advirtió Rice, que añadió que hay "cuestiones que siguen sin respuesta, a pesar de los continuos esfuerzos del Organismo Internacional de la Energía Atómica".
"Irán debe retomar las negociaciones con el trío europeo y abandonar para siempre su programa para dotarse del arma nuclear", concluyó la jefa de la diplomacia estadounidense.
En su esperada intervención ante el plenario de la Asamblea General, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, aseguró que su religión le "prohíbe" dotarse del arma de destrucción masiva y que su país está comprometido en "revitalizar" el Tratado de No Proliferación, porque considera que la bomba atómica es, junto al terrorismo, la principal amenaza para la paz y la estabilidad. En este sentido, defendió el derecho de su país a dotarse de la tecnología atómica con fines pacíficos y se comprometió a cooperar con el Organismo Internacional de la Energía Atómica para dar más "transparencia" a su programa.
Ahmadineyad reiteró, además, que su propósito es establecer una relación de confianza mutua con los negociadores del trío europeo. Y aprovechó para arremeter contra el clima de intimidación y la amenaza al recurso de la fuerza que profesa EE UU, a la que acusó de no cumplir con sus obligaciones de desarme. El ultraconservador iraní, en un discurso de gran contenido religioso, dijo que su país utilizará todo su poder para contribuir a la paz y la estabilidad, en cooperación activa y constructiva con las instituciones internacionales.
"Estamos determinados. Desde luego estamos determinados. ¿Por qué otra gente debería tenerla [energía nuclear] y vendérnosla?", se preguntó Ahmadineyad. El presidente iraní se disponía anoche a presentar ante la Asamblea General de la ONU nuevas propuestas sobre su programa nuclear que, insiste, tiene "fines pacíficos". El secretario general, Kofi Annan, concentró el grueso de su discurso de apertura en la reforma del organismo y dijo que la última semana "ha sido histórica para la ONU". A renglón seguido, Annan expresó su temor por "creciente riesgo de proliferación nuclear" y de terrorismo y lamentó los continuos fracasos de la Comunidad Internacional a la hora de adaptar las reglas del juego. "Trabajemos juntos para reforzar los tres pilares del régimen de no proliferación", dijo.
En paralelo a las celebraciones de la ONU, el presidente de EE UU, George W. Bush, mantuvo la pasada madrugada un encuentro en la Casa Blanca con su homólogo ruso, Vladímir Putin, en el que discutieron sobre el programa nuclear de Irán. Washington quiere elevar cuanto antes el asunto al Consejo de Seguridad. Moscú, sin embargo, prefiere dar en este momento más margen a la diplomacia, antes de llevar la cuestión al órgano que vela por la paz y la seguridad en el mundo.
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