Schröder intenta alcanzar a Merkel
Los líderes rechazan la gran coalición en el último debate antes de las elecciones alemanas
Los líderes de los seis partidos con posibilidades de superar en las elecciones alemanas del domingo la barrera del 5% de votos -y obtener, por tanto, representación en el futuro Parlamento Federal (Bundestag)- rechazaron anoche la formación de un Gobierno de coalición entre democristianos (CDU/CSU) y socialdemócratas (SPD). Todos se pronunciaron en contra de esa opción, que, según los últimos sondeos, será la más probable debido a que ninguno de los dos grandes partidos -a pesar de sumar los escaños de sus aliados liberales del FDP, en el caso de los democristianos, o Los Verdes, en el caso del SPD del canciller Gerhard Schröder- contará con mayoría suficiente para gobernar y afrontar las reformas económicas pendientes.
En un debate en la primera cadena de la televisión pública, el socialdemócrata Schröder, y la demócrata cristiana Angela Merkel expresaron anoche su confianza en lograr la victoria en las elecciones del domingo. Merkel y el líder de su partido hermano, el primer ministro de Baviera y presidente de la Unión Socialcristiana (CSU), Edmund Stoiber, rechazaron un futuro Gobierno de coalición con el SPD. Y el presidente liberal (FDP), Guido Westerwelle, repitió su negativa a entrar en un Ejecutivo que no sea de coalición sólo con la CDU/CSU. "Si no conseguimos esa mayoría, iremos a la oposición" aseguró.
En la llamada ronda de los elefantes participaron, los líderes de los seis partidos con posibilidades de contar con representación en el Bundestag. Schröder se sentó junto a su socio de coalición, el ministro de Exteriores y líder de Los Verdes, Joschka Fischer. Representó a los liberales su presidente y al Partido de la Izquierda, el líder del poscomunista Partido del Socialismo Democrático, Gregor Gysi. La democracia cristiana contó con dos representantes: la presidenta de la CDU, Angela Merkel, y el presidente de la CSU, Stoiber, que hace tres años perdió las elecciones contra Schröder. La CSU, celosa siempre de su condición de partido autónomo de la CDU, exige su correspondiente cuota de representación.
Ministro polémico
El debate apenas aportó novedades tras un mes de campaña. Los participantes se limitaron a repetir los argumentos que emplean en sus mítines y entrevistas. Casi no se tocaron cuestiones de política internacional, ni tampoco un asunto tan importante en Alemania como la situación del Este del país 15 años después de la reunificación. La discusión se inició con una pregunta a Merkel sobre la cuestión más candente en las últimas horas: el papel de su controvertido ministro de Hacienda en la sombra, el catedrático Paul Kirchhof. Merkel aseguró que lo mantendrá si gana.
Schröder sostuvo que Kirchhof no es "un regalo para los electores", porque pretende que paguen lo mismo (un 25%) los millonarios y los que tienen menos ingresos. Fischer se mostró asombrado de que la CDU/CSU haya presentado a Kirchhof como el nuevo Ludwig Erhard, el padre del milagro económico alemán en los años cincuenta y "ahora intentan esconderlo en el sótano". Según Fischer, el principio básico del Estado social es que los más fuertes lleven cargas mayores y esto no ocurre con los planes de Kirchhof.
El liberal Westerwelle afirmó: "Tenemos más pobres que nunca en la historia de la RFA. Un millón más en situación de pobreza desde que gobiernan. Cada niño que nace en Alemania lleva encima 18.000 euros de deuda. No se puede repartir más endeudándose a costa de las jóvenes generaciones. No hay nada más antisocial que el paro masivo. (...) Estamos aquí porque el canciller tuvo que anticipar las elecciones por no contar con el apoyo de los suyos. No se trata de ser el más simpático o el que lleve la corbata más bonita".
Stoiber se mostró confiado y convencido de obtener el domingo más de un 40% y que un 45% sería el máximo óptimo: "Tuvimos un 38,5% en 2002 y lo subiremos con claridad por encima del 40%. Hay ambiente de cambio". Gysi destacó que tras siete años de coalición rojiverde a los jubilados, a los parados y a los asegurados que necesitan recurrir a la sanidad les va peor mientras "les va mejor a los que más ganan, nosotros incluidos". Según Gysi, el SPD "es una segunda CDU" y sólo se podría pactar con ellos si cambiasen de programa.
La ronda de elefantes se presentaba bajo un signo muy diferente al duelo entre Schröder y Merkel hace una semana. En aquella ocasión, Merkel llegó con el viento en popa. Anoche, aunque la CDU/CSU mantiene una ventaja de siete puntos en los sondeos, ese viento había cambiado de dirección por el auge que experimenta en los últimos días el SPD de Schröder.
Los expertos consideran que el duelo en televisión Schröder-Merkel supuso una inflexión en la campaña y movilizó el voto de indecisos y desencantados con el SPD. El otro elemento que cambió la dirección del viento ha sido la polémica en torno a Kirchhof. El SPD ha conseguido centrar el debate electoral en las tesis de Kirchhof y hacer pasar casi inadvertidos el balance negativo de siete años de Gobierno de coalición SPD-Verdes.
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