Egipto despliega a 200 soldados en la frontera de Gaza

Tras muchos meses de negociaciones, ayer se palpó en el terreno la mediación de Egipto en el conflicto entre israelíes y palestinos. Doscientos soldados egipcios se desplegaron ayer en el corredor de Filadelfi, en la línea fronteriza al sur de la franja de Gaza. Es el primer contingente de los 750 soldados que patrullarán los 14 kilómetros de esta estratégica zona, ocupada hasta hoy por las tropas israelíes.

Su misión, en palabras del oficial del Ministerio de Información egipcio, Mohamed Yusef, es "evitar el contrabando de armas y drogas y la entrada ilegal de personas desde nuestro país al territorio palestino". De esta forma, y tras el acuerdo alcanzado con Israel en el marco de la retirada de la franja de Gaza, los efectivos de la Guardia Fronteriza egipcia tendrán en su poder armamento pesado, lanzagranadas, 44 todoterrenos, 31 blindados, tres sistemas de radar y varios helicópteros.

El jefe de los servicios secretos egipcios, el general Omar Suleiman, estará hoy en Gaza para supervisar in situ la retirada militar israelí y la colaboración existente entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP). La asignatura pendiente es un acuerdo definitivo sobre el control de los pasos fronterizos. La petición israelí, rechazada por la ANP, es mantener la vigilancia sobre los que, procedentes de Egipto, entren a la franja de Gaza a través del paso de Rafah, cuya terminal fue cerrada hace unos días. Inicialmente, Israel habría aceptado la propuesta de Suleiman de ubicar a inspectores extranjeros en Rafah, una vez sea reabierto. Para los palestinos, "el cierre de Rafah es gravísimo" ya que para ellos "es la principal puerta al mundo exterior".

Por otro lado, e independientemente de la posible demolición de más de 20 sinagogas que siguen en pie en las colonias evacuadas, el Ejército israelí ya ha completado todos los preparativos para llevar a cabo entre hoy y mañana la retirada de sus tropas de la franja de Gaza. Al mismo tiempo, la ANP informó ayer que sus fuerzas de seguridad están preparadas para asumir el control de las zonas evacuadas.

Una histórica retirada que puede ser aplazada 24 horas si hoy en la reunión semanal del Ejecutivo de Ariel Sharon se decide finalmente destruir las sinagogas. La mayoría de ministros de la derecha (Likud) y algunos del Partido Laborista ya se han manifestado en contra de la demolición, aprobada el pasado jueves por el Tribunal Supremo. El jefe de la diplomacia, Silvan Shalom, aseguró ayer: "Un judío no destruye una sinagoga", en un guiño al famoso eslogan de los colonos durante la evacuación: "Un judío no destierra un judío". En el Gobierno israelí hay un intenso debate sobre el futuro de esas sinagogas, en el que se mezclan intereses políticos y religiosos.

Mientras tanto, en el clima de anarquía que reina en la franja de Gaza, milicianos palestinos secuestraron ayer durante unas horas a un periodista italiano. Lorenzo Cremonesi, de Il Corriere della Sera, fue asaltado por un grupo de encapuchados armados cuando estaba en el campo de refugiados de Dir el Balaj, en la franja de Gaza, antes de ser liberado pocas horas después. Las sospechas apuntan a un comando de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.